La fuga de empresas extranjeras no se detiene. En los últimos dos años ya son más de 33 las multinacionales que decidieron cerrar, vender o achicar sus negocios en la Argentina, pero la gran novedad es que el éxodo ahora abarca a firmas más chicas. Así, al peregrinaje que iniciaron gigantes como Latam, Falabella, Walmart, MetLife, Dow o la petrolera china Sinopec, se empiezan a sumar pymes extranjeras, como la plataforma de reservas online TheFork o la española Ecolumber, que producía vendía frutos secos con su filial Pampa Grande.
Tales anuncios, conocido como un proceso de desinversión, impactan en variables clave como el empleo y la escasez de capitales. Juan Procaccini, socio de la consultora PwC, enumera que son varios los factores que impulsan el flujo de salidas, pero subraya dos: “Por un lado, la crisis económica y la mayor percepción de riesgo de la Argentina; y por otro, la irrupción de la pandemia que provocó que muchos grupos revisen y reestructuren sus portafolios globales en el marco del ajuste de estrategias”.
Miguel Arrigoni, director de First Capital, considera que el éxodo tiene principalmente que ver con la complejidad del contexto económico argentino, las trabas en el comercio exterior (importar, exportar o girar dólares al exterior) y la alta presión tributaria y laboral. “No es responsabilidad de la pandemia. En un año y medio se crearon o subieron 19 impuestos. El mercado se achica y ya no es tan atractivo”, definió.
Visto en perspectiva, la fuga de empresas se aceleró el año pasado. En 2020, dice un informe de PwC, “estuvieron focalizados en sectores que habían sido especialmente afectados por la pandemia, tales como aeronáutica, textil y retail. Este año, afecta a rubros e industrias con operaciones en servicios financieros, farmacéutica, consumo masivo, telecomunicaciones y energía, entre otras”. La salida no es fácil, ya que hay pocos interesados en comprar y los únicos son grupos nacionales. A veces, ni eso.
La chilena Falabella, por ejemplo, cerró sus 10 tiendas al no encontrar comprador. La compañía retuvo únicamente los 7 locales de Sodimac, especializada en venta de materiales para refacciones hogareñas. Walmart, en cambio, fue adquirida en noviembre pasado por el grupo De Narváez. “Los compradores son principalmente locales, más entrenados y acostumbrados a la coyuntura argentina, y que aprovechan las oportunidades para posicionarse en distintos mercados”, explica Procaccini.
Una de las que aprovechó el momento fue la petrolera CGC, del grupo Eurnekian. En junio pasado cerró la compra del gigante chino Sinopec y todos sus activos en la Argentina, entre ellos unos 4.600 km2 con reservas energéticas en el sur del país. En lo que va del año, recuerda un informe de PwC, ya fueron 13 las multinacionales que anunciaron su decisión de cerrar, vender o reducir su exposición en la Argentina. El listado incluye a la francesa Danone, que manifestó públicamente que está revisando algunas de sus líneas de negocio, como aguas y lácteos.
En los últimos días hubo tres anuncios en este sentido. El lunes se supo que la aseguradora estadounidense MetLife le venderá al grupo local GST su rama de seguros de vida, en el que emplea a 300 personas. Ese día, el gigante petroquímico Dow informó que cerrará su planta santafecina de San Lorenzo, que es la única del país que fabrica poliuretano. La decisión se enmarca en un programa de reestructuración global del grupo e involucra unos 100 puestos de trabajo. La tercera es la mencionada Ecolumber.
El éxodo la iniciaron las aerolíneas (Latam, Norwegian, Qatar, AirNew Zealand y Emirates), autopartistas (Axalta, Basf, PPG, Saint Gobain Sekurit), textiles (Under Armour, Asics, Wrangler y Lee) y farmacéuticas (Hepatalgina, Gerresheimer, Pierre Fabre). El caso de Nike merece una aclaración. Inicialmente, la multinacional norteamericana Nike (la marca deportiva líder en el país) negociaba el traspaso de su operación local y de otros países de la región a la mexicana Axo, frustrada posteriormente por la pandemia.
Entonces, la marca cedió la licencia al grupo argentino Dass, que cuenta con dos plantas y fabrica y distribuye para Adidas, Umbro y Fila, entre otras. La compañía también aprovechó las partidas de la japonesa Asics y la americana Under Armour para pasar a concentrar cerca del 60% del mercado de zapatillas premium. Todavía no está claro cuál será el futuro de Nike en la región una vez superada la crisis del coronavirus.
Con respecto a la cantidad de multinacionales que dejan el mercado local, Arrigoni lo compara con la crisis de 2002. “Hay muchas empresas que están analizando esa posibilidad y no pueden hacerlo. Es el caso de Falabella, que tenía interesados y finalmente no se concretó. Lo mismo ocurría al final de convertibilidad, pero esa etapa fue un sacudón, esto es una caída libre que lleva 4 años y no se detiene“, evaluó con mucho pesimismo.
Procaccini, de PwC, tiene otra mirada. “A pesar del contexto adverso -recalca-, la inversión extranjera continúa y seguirá existiendo. La Argentina es la tercera economía más grande de Latinoamérica (después de Brasil y México), y más allá de las distintas crisis, es y será siempre un mercado relevante“. Por otro lado, agregó el especialista, “en el primer semestre de 2021 se relevaron cerca de 40 transacciones de fusiones y adquisiciones, en donde el 45% de ellas estuvo involucrado un inversor de origen extranjero“.
En la comparación con el colapso económico de 2001, Procaccini cree que la crisis actual es distinta. “La primera se produjo por un mal manejo económico durante los 90. La de ahora, creo es una combinación del problema global por el Covid con los problemas internos. El interrogante es ver cuánto demoran la corrección macroeconómica y política”, analizó. Sobre este aspecto, concluyó que la falta de inversiones no es solo un problema de la Argentina. “En toda la región no andan bien las cosas”, dice.
Fuente Clarin