Por Nahuel Mercado Díaz
A metros del caos del tránsito y los bocinazos de la avenida Rivadavia, entre locales de comida, una fiambrería, un mini-supermercado y el andar apurado de los transeúntes por los límites entre San Cristóbal y Once, se encuentra el local central del Partido Comunista Revolucionario.
En el hall de ingreso al edificio se apilan las típicas banderas atadas a cañas con la sigla amarilla sobre fondo rojo: PCR. En el lugar sobre la calle Pichincha se reúnen militantes y dirigentes, con protocolos -según dicen- a debatir “la unidad para la lucha en las calles y en las urnas”. Todo sucede días después del cierre de listas.
Para las legislativas de 2021, el Partido del Trabajo y el Pueblo, el sello partidario de la fuerza creado hace pocos años, no logró meter candidatos en las listas como sí ocurrió en 2019 cuando Juan Carlos Alderete, líder de la Corriente Clasista y Combativa y principal referente del PTP, se sumó a la boleta y llegó a la Cámara de Diputados para integrar el actual interbloque del Frente de Todos.
Dos años después y con medio mandato aún por delante, Alderete se anotó en la boleta del Frente Vecinal de La Matanza como candidato a concejal suplente. Lo hizo, como muchos otros dirigentes en estas legislativas, para darle impulso a las candidaturas de los militantes de la CCC que la integran junto con otros candidatos de agrupaciones sociales y barriales.
Es invierno y pese al intenso frío, algunos padres cruzan con sus hijos a la Plaza 1° de Mayo. A pasos nada más, hay un grupo de personas debatiendo sobre la revolución y también sobre la actualidad política, luego del cierre que dejó marcas en los aliados del Gobierno. El PCR no es la excepción.
Pocos saben que allí, en ese primer piso de use edificio antiguo de apenas dos pisos con grandes balcones a la calle, se encuentra la sede central del partido político más buscado de la República Argentina.
Es que sí. Porque si las búsquedas en Google se tradujeran en votos, el PCR sería -por lejos- una fuerza arrasadora en cualquier escenario.
El 7 de agosto el PCR convoca a la la sexta marcha por “Techo, tierra y Trabajo” . FOTO JUAN MANUEL FOGLIA.
Pero claro, la ecuación no es así de sencilla, y el Partido Comunista Revolucionario debe lidiar con el hecho maldito de ser el partido político más googleado de toda la Argentina, pero por razones equivocadas.
El PCR enfrenta así una sórdida e inédita batalla -desigual como pocas- en el medio de la pandemia de coronavirus que azota desde hace más de 16 meses al país.
Una pelea en el terreno SEO, acrónimo de “Search Engine Optimization” en la que se juega el posicionamiento digital de su histórica marca y en la que un algoritmo lo margina en términos de resultados contra la prueba química que hoy divide al planeta entre los que están o no contagiados de Covid-19.
Sus militantes lo saben, las redes ironizan al respecto, incluso hay memes. Pero ellos prefieren no meterse en ese debate: PCR vs. PCR, un partido revolucionario versus un hisopado.
La historia del PCR
Hay que remontarse al 6 de enero de 1968 para rastrear la fundación del PCR, que nació de la ruptura con el Partido Comunista argentino, a partir de las diferencias contra el “imperialismo ruso” y su intromisión en los avatares políticos argentinos planteadas por su secretario general, Otto Vargas, quien abrazó las ideas del líder de la Revolución China, Mao Tsetung.
“¿Ha muerto el comunismo?”, es el libro que indaga sobre el maoísmo en la argentina, a partir de las conversaciones del periodista Jorge Brega con Vargas, publicado tras la caída del Muro de Berlín y mientras “se derrumbaba la Unión Soviética”.
El secretario general del PCR aborda las teorías de Mao, denuncia el “socialimperialismo” de la URSS, analiza los procesos latinoamericanos como la Revolución Cubana y los hechos históricos argentinos que se iniciaron en el Cordobazo y las diferencias con el gobierno de Isabel Perón que les valió el mote de “lopezrreguistas”, en alusión al entonces ministro de Bienestar Social, José López Rega.
Otto Vargas, fundador del Partido Comunista Revolucionario, falleció el 14 de febrero de 2019.
La caracterización “antigolpista” de que el ataque a López Rega era un “pretexto” para golpear a Isabel Martínez de Perón, quien quedó al frente del gobierno tras la muerte del general Perón, les costó un calificativo del que aún reniegan.
En un encuentro a pocas cuadras del Congreso, en un coqueto café de la zona, un miembro de aquellos agitados años setenta cuenta: “Nos sentimos orgullosos de nuestra historia, en particular de la posición antigolpista que fue reconocida especialmente por el Papa Francisco”.
La referencia es al extracto del libro “El jesuita. La historia de Francisco, el Papa argentino”, en el que Bergoglio cuenta que “el golpe de 1976 lo aprobaron casi todos, incluso la inmensa mayoría de los partidos políticos”, a excepción del Partido Comunista Revolucionario. Para ellos, esos es palabra santa. En todo sentido.
Pero la relación con el Papa no se restringe a esta declaración. En 2016, Alderete viajó al Vaticano para concurrir a una audiencia con el Santo Padre.
Según el testimonio de quien presenció este encuentro, Bergoglio recordó su relación con la compañera de Vargas de ese entonces, Clelia Iscaro, cuando era arzobispo de Buenos Aires. “¿Sigue fumando mucho?”, preguntó Francisco respecto de la mujer a quien recordaba con cariño.
Otto César Vargas falleció el 14 de febrero de 2019, a los 89 años, dejando su legado dentro y fuera de la fuerza que decidió romper con el histórico PC y cuyas huellas hoy pueden rastrearse en las “Grageas” que se publican en Hoy, el semanario que difunde las ideas partidarias.
Ni su lucha, ni la palabra del papa Francisco, ni la muerte de su fundador logró lo que un año después de la desaparición física del histórico dirigente maoísta, pudo hacer la pandemia: poner al PCR en boca de todos, registrando picos de búsqueda en Internet, aunque por una razón muy diferente a la revolución.
El partido que sufre los memes
El PCR volvió a estar en boca de todos por las búsquedas de diagnóstico para saber si uno estaba infectado por el coronavirus. Sin embargo, desde la fuerza de izquierda denostan el “marketing” online que le trajo eso y sufren los memes.
La pandemia del coronavirus irrumpió y modificó la vida de todas las personas en el mundo. No solo cambió los hábitos, sino también nuestro lenguaje a partir de la incorporación de conceptos vinculados a la epidemiología en el día a día.
Palabras como cuarentena, protocolo, se volvieron recurrentes. Y más que ninguna quizás la reacción en cadena de la polimerasa, más conocida como PCR, se convirtió en la sigla que resume en apenas tres letras los últimos dos años.
“No nos suma la confusión de conocernos por un reactivo químico”, sostienen desde el partido ante la consulta de Clarín por la coincidencia.
No quieren hablar del tema, que les parece incómodo por la “campaña anticuarentena, antivacuna que se hace, en particular desde la oposición macrista y que tanta confusión han generado en el pueblo”.
Desde Google, explicaron a Clarín que las búsquedas relacionadas a PCR que hizo la gente “se puede inferir qué es lo que se está buscando, si están buscando el partido, o si están buscando efectivamente el estudio, o cualquier cosa derivada de PCR por el tema Covid”.
A mediados de diciembre de 2020, se prorrogó la exigencia de testeo obligatorio para los argentinos, que debían realizarse un PCR a 72 horas del embarque para retornar al país, junto con una Declaración Jurada electrónica que se debía completar dentro de las 48 horas previas a embarcar.
Entre el 3 y el 9 de enero de 2021, se produjo un aluvión de búsquedas relacionadas a PCR, es que quienes planificaban sus vacaciones comenzaron a encontrarse con la noticia de que las provincias fueron anunciando apertura y condiciones como un test PCR negativo, salvo la Costa Atlántica y otros destinos bonaerenses que no pusieron como condición un test para el ingreso.
La prueba de PCR para saber si alguien está contagiado de Covid-19. Foto: Getty
Por eso, consultas como: “pcr significado”, “pcr para viajar”, “donde hacer pcr”, “test pcr para viajar”, “pcr ezeiza”, y “pcr para viajar buenos aires”, se dispararon por esos días del primer verano en pandemia.
Las PASO y la dicotomía Rusos vs. Chinos
Quienes salen del local con un ejemplar de Hoy, el histórico diario del PCR que aún se imprime en papel, se enfocan en las elecciones y militan la idea de mantener la unidad ante el principal adversario político: el macrismo.
Sin embargo, desde el editorial de la publicación que se propone “servir al pueblo”, plantean una autocrítica al “sectarismo y hegemonismo con el que se manejaron las listas de los candidatos” del oficialismo, por las “heridas” que dejaron en las fuerzas que integran la coalición de gobierno.
Juan Carlos Alderete, diputado del Partido del Trabajo y del Pueblo, el sello político con el que el PCR participa electoralmente, que hoy integra el interbloque del oficialismo. Foto Rolando Andrade Stracuzzi.
Con el cierre consumado y pese al cuestionamiento, no dudan en respaldar en los próximos comicios a los candidatos del FdT, aunque con un programa que plantea sus propias “medidas para enfrentar la crisis con el protagonismo del pueblo”.
Allí, en un decálogo, plantean desde “la lucha por la emergencia sanitaria” con inversión científica para desarrollar una “vacuna nacional contra el Covid-19”, pasando por la consigna “Tierra, techo y trabajo”, hasta la suspensión del pago de la deuda y la profundización “del camino impuesto a las grandes fortunas”.
El debate sobre la intromisión del “imperialismo socialista” de la URSS en la país y la actual caracterización de la “burguesía imperialista” que gobierna China lejos de aquella Revolución de Mao, cobra vigencia actual en medio de la disputa por las vacunas contra el Covid de los laboratorios de ambos países.
Desde el PCR advierten que “se agudiza la guerra por las vacunas” y que nuestro país se encuentra “en medio de la disputa imperialista”. La geopolítica en tiempos de pandemia en su máximo exponente.
En un artículo de marzo de este año, sostienen que el gobierno de Vladimir Putin, a partir de la provisión de la Sputnik V, “acordó una estación satelital y busca una central nuclear, la represa de Chihuido y un tren Vaca Muerta-Bahía Blanca, así como exportaciones de vino y alimentos”.
En tanto que el gobierno de Xi Jinping, quien -hasta ahora- envió cerca de un millón de dosis de Sinopharm, “está negociando con el gobierno al menos 10 proyectos”.
“Es necesario para resolver la batalla contra el COVID, seguir luchando para garantizar nuestra soberanía sanitaria, avanzando en producir una vacuna nacional, para evitar el chantaje imperialista”, argumentan.
Sin embargo, por el momento el país sigue dependiendo del envío de dosis de vacunas, en medio del faltante de segundos componentes para completar los esquemas de vacunación de la población y la preocupación por la circulación de la variante Delta.
Mientras Rusia promete que “resolverá por completo” la entrega de segundas dosis, se avanza en la producción de la Sputnik en la planta que el laboratorio Richmond posee en el partido bonaerense de Pilar, a partir de la llegada de 300 litros del principio activo para comenzar con la producción local de la vacuna rusa.
El humor en las redes
Fuente Clarin