Tras las salidas de Agustín Rossi y Daniel Arroyo por sus precandidaturas a Diputados, Alberto Fernández decidió dejar para después de las Legislativas la posibilidad de hacer cambios en su Gabinete. Al cabo, oxigenar la gestión con caras nuevas es una herramienta a la que los gobiernos suelen recurrir para salir por arriba de una crisis o un resultado adverso en una elección.
El escándalo de la foto de la cena en la Quinta de Olivos, sin embargo, puso por la filtración en el centro de la escena a su círculo más cercano y volvió a sembrar dudas ante algunos movimientos atribuidos al sector más duro del kirchnerismo.
Pero el Presidente se resiste a entregar a los funcionarios de su entorno. Así lo dejó saber en las últimas horas, según pudo reconstruir Clarín, en distintas conversaciones con referentes del Frente de Todos, y busca dejar atrás el tema con una estrategia a dos puntas: por un lado, ponerse a disposición de la Justicia y delimitar el tema a que “se cometió un error”, como aseguró este lunes en un acto en González Catán; y por el otro subirse de lleno a la agenda de propuestas de campaña del oficialismo que le permitirán intensificar sus cuestionamientos a la gestión de Mauricio Macri.
Una fotografía de Alberto Fernández junto a la primera dama Fabiola Yañez y un grupo de amigos en la Quinta de Olivos durante la cuarentena estricta del año pasado.
En esa línea, la reaparición del ex mandatario concediendo una entrevista, ni bien pudo salir del aislamiento forzado tras su viaje a Europa, fue celebrada en Casa Rosada: “Es piantavotos de independientes. Nos suma mucho que esté dando vueltas por todos los canales”, exageró un funcionario con despacho en Balcarce 50.
Pese a las críticas recibidas, Alberto F. transmite que no duda en absoluto de su entorno. Ni del secretario general de Presidencia, Julio Vitobello, su amigo de toda la vida que tiene a cargo la Casa Militar, ni de su vocero, el secretario de Comunicación y prensa, Juan Pablo Biondi; dos que conforman la lista de incondicionales albertistas a la que sectores del kirchnerismo duro siempre observó con recelo y que, ante la filtración de la foto, se intentó desbancar.
“El equipo del Presidente es de mucha confianza y de muchos años, no lo va a tocar”, sostiene un dirigente que habló con Fernández en las últimas horas. Pero la presión para que ocurra, todavía existe.
Una fotografía de Alberto Fernández junto a la primera dama Fabiola Yañez y un grupo de amigos en la Quinta de Olivos durante la cuarentena estricta del año pasado.
En redes sociales dicen sectores del oficialismo que se advirtió la mano de grupos de trolls vinculados al kirchnerismo que realizaron escraches virtuales adjudicándoles la responsabilidad por la filtración, y fueron dirigentes oficialistas que por lo bajo fogonearon esas críticas. Y hasta el senador nacional Oscar Parrilli, lugarteniente de Cristina Kirchner, dijo que “habría que hacer un llamado de atención a los que están al lado del Presidente, para que lo asesoren y le adviertan que no comentan este tipo de errores”.
Por lo pronto, este lunes Alberto F. reapareció con Vitobello y Biondi en el acto, como gesto de respaldo público. “Son, junto a Santiago (Cafiero), los tipos en los que el Presidente más se apoya en la gestión diaria, desde se despierta hasta que se va a dormir, es una locura pensar que se los va a sacar de encima por algo por lo que ni siquiera tienen la culpa“, resalta un funcionario de los considerados “albertistas”.
“Les pegan a ellos porque no pueden decírselo en la cara a Alberto. Y tampoco está claro quién le pega”, es la respuesta a las críticas, que surge en la Casa Rosada, en un intento por relativizar el fuego amigo, que visibilizó el propio Presidente, cuando este lunes desafió (“No me van a hacer por el error que cometí“), en un mensaje por elevación a sus rivales internos, en especial el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, que le dedicó durísimos reproches durante el fin de semana.
“¿Por una nota (en alusión a la columna del director de El Cohete a la Luna Horacio Verbitsky) y trolls en las redes va a cambiar a su equipo? Ustedes subestiman al Presidente”, arremetió otro funcionario de extrema confianza del mandatario. No hubo, según dice, pedido alguno de Cristina para que haga cambios y tampoco la voz de Parrilli, afirman, es la voluntad explícita de la vice.
Cómo se gestó meses atrás la salida de la ex ministra de Justicia, Marcela Losardo, en medio de reproches del kirchnerismo duro, que comenzaron con ataques de satélites mediáticos y de redes sociales, no ayuda en este momento para despejar dudas. Losardo es, al cabo, una persona con lazo tan -ó incluso más- estrecho que Vitobello, Biondi, la secretaria Legal y Técnica, Vilma Ibarra, el asesor presidencial Juan Manuel Olmos, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, a quien el Presidente considera su “alter ego”, y los ministros Claudio Moroni (Trabajo) y Nicolás Trotta (Educación), entre otros funcionarios cercanos al mandatario.
Tras pedir disculpas y ordenar que sus abogados se pongan a disposición de la Justicia, Alberto F. ahora busca centrarse en la agenda de la campaña y confía en que la recta final rumbo a las PASO se encargará de acallar críticas. Así, en el Gobierno sostienen que “al menos hasta las elecciones no va a haber cambios”. Lo que ocurra después, admiten, tendrá que ver mucho con el resultado: “Si ganamos, no va a haber, por qué cambiar: nadie se va a acordar”, es el razonamiento.
Fuente Clarin