Son digitales, priorizan la instantaneidad, valoran la autonomía y tener control sobre sus ingresos y gastos. La generación Z, es decir, los jóvenes que nacieron con el comienzo del siglo, está sub bancarizada y están en la mira de las fintech que buscan ofrecerle sus primeros productos financieros.
Según un reciente análisis realizado por Equifax, una compañía multinacional estadounidense de informes de crédito al consumo, el 96% de los argentinos nacidos entre 1998 y 2003, perciben salarios de hasta $50.000 mensual. Sólo el 4% restante gana por encima de ese piso.
“Los resultados que arroja nuestro análisis ponen de manifiesto que la bancarización, la inclusión financiera y la posibilidad de mayor acceso a productos de crédito continúa siendo un tema a abordar en el segmento de la Generación Z, teniendo en cuenta que cumplen un rol central en el futuro de la fuerza laboral de nuestro país”, comentó Santiago Pordelanne, Presidente y CEO de Equifax Argentina.
“La transformación digital presenta una gran oportunidad a la banca y a las fintech para acercar productos, soluciones y oportunidades que impulsen la inclusión financiera de este grupo”, añadió. Las fintech tienen en la mira a este segmento, que quedan por afuera del interés de los bancos. En Ualá, por ejemplo, el 62% de sus tres millones de usuarios se tiene menos de 30 años.
“Los jóvenes son quienes usan la app y la tarjeta prepaga para operaciones financieras cotidianas como compras en comercios físicos u online, recarga de celular, el pago de servicios o suscripciones mensuales como Netflix y/o Spotify y en plataformas de gaming. Allí, el único método de pago es online y con tarjeta, lo que es muy valorado ya que el 13% de los clientes activos de Ualá son gamers y se encuentran en un rango etario de 13 a 22 años”, explicaron voceros de la compañía.
Independencia y control son dos palabras claves que marcan la relación de estos jóvenes con el dinero. “Lo que notamos es que es un público que valora la autonomía, el ser ellos mismos quienes llevan el control de sus gastos directamente desde la app, tener una tarjeta a su nombre y no una extensión de la cuenta de sus padres que, a su vez, pueden controlar el dinero que gastan sus hijos ya que, al ser prepaga, sólo se puede usar el dinero que le depositen”, sumaron en Ualá
La fintech Nubi, que recientemente lanzó una solución para adolescentes de entre 13 y 17 años, también encuentra en los sub 23 un segmento de interés: ya representan el 20% del total de sus clientes: “Es el sector que mejor nos interpreta, y el que toma con mayor naturalidad nuestro producto y sus características principales de simplicidad, instantaneidad y atención remota”, explicó su CEO Sebastián Bottcher.
“Buscan facilidad e independencia, simplicidad en todo. Es muy importante la user experience en este segmento: el producto que se brinda tiene que ser intuitivo e interesante, no nos olvidemos que es un segmento ávido de tecnología“, dijo Bottcher y reconoció:”La única dificultad que vemos, es que el espacio que tienen en el celular para nuevas aplicaciones es limitado, pero es algo que la evolución tecnológica resolverá naturalmente y en muy poco tiempo”.
Radiografía de un público exigente
El estudio de Equifax, realizado en base a los datos de ANSES de más de 4 millones de jóvenes, remarcó que este grupo etario representa el 12% de la población del total país y que en su mayoría se trabaja en el sector comercial. También se desempeñan en la reparación de vehículos automotores y motocicletas, la industria manufacturera, actividades administrativas, alojamiento y servicios de comidas.
Las necesidades financieras de este segmento son particulares y en las fintech lo saben. Según Equifax, sólo el 11% de estos jóvenes cuenta con una cuenta bancaria activa, apenas el 5,4% tiene una tarjeta de crédito y sólo el 2,5% posee algún tipo de crédito en los bancos.
Si se mira el nivel de endeudamiento de este sector, sus deudas promedio apenas alcanzan los $53.000 por lo que se trata de una de las generaciones que tiene un nivel de deuda más bajo respecto a sus ingresos.
Fuente Clarin