Las imagenes captadas por una cámara de seguridad impactan. Se registraron en Isidro Casanova el pasado viernes, alrededor de las 19. En segundos, un hombre y su hija de siete años quedaron en medio de una violenta situación cuando cuatro delincuentes los sorprendieron, les cruzaron el auto y les robaron el vehículo.
Padre e hija terminaron abrazados, tirados en la vereda, resignados a su suerte. Una imagen estremecedora.
Todo sucedió en la calle Los Andes al 2500, entre Malabia y Colombia, en el partido de La Matanza. Desde allí, la nena y su papá (Diego) se disponían a salir en el auto familiar que se encontraba estacionado en la vereda.
El dramático momento vivido en Isidro Casanova. Captura de video.
Por lo que se ve en las imágenes captadas por la cámara de seguridad, Diego acompañó a su hija para que se siente en el asiento trasero. Hasta ahí, todo normal. Pero, la situación iba a cambiar drásticamente apenas el padre de la niña entró al auto, un Volkswagen Gol Trend.
En menos de cinco segundos, otro automóvil —de color rojo— llegó de manera abrupta y le bloqueó la salida al Trend. Del auto recién llegado bajaron cuatro personas, que de manera muy violenta y portando armas abrieron las puertas del vehículo bloqueado e hicieron descender a las sorprendidas víctimas.
La reacción de Diego y su hija, estremece. Sin oponer ningún tipo de resistencia, el padre de la niña quedó arrodillado en la vereda mirando la triste secuencia del despojo. Uno de los delincuentes le dio un culatazo en la cabeza.
Mientras que la nena rodeó de manera dubitativa el auto familiar y culminó junto a su papá, que continuó sin reacción, allí arrodillado, en la vereda.
Ambos terminaron abrazados. Mirando cómo los delincuentes arrancaron a toda marcha con el auto familiar huyendo con rumbo desconocido.
La pesadilla en Isidro Casanova está por llegar a su fin. Martina abraza a Diego, mientras los delincuentes les roban el auto familiar. Captura de video.
“Sentí alivio porque quería bajar a Martina, pensé que me la llevaban. Mi desesperación era bajarla, aunque me pegaran la iba a bajar”, contó Diego en una entrevista realizada por el canal Telefé.
“Me dieron un culatazo, no llegó a ser fuerte, justo tenía la gorra que amortiguó el golpe. Martina estaba llorando, me abrazaba y no la podía calmar. Por lo menos ya se habían ido y era un alivio”, continuó con el relato de Diego.
Por último, el hombre rescató que por suerte “no hubo víctimas que lamentar”, aunque admitió tener “bronca e impotencia” por lo que tuvieron que vivir él y su familia.
Laura, la esposa de la víctima, se quejó al medio local Info.com, que recién a la hora y media de haber llamado al 911 se presentó un móvil policial en su casa.
También señaló en su relato que se dirigieron hasta la comisaría y que allí debieron aguardar otra hora hasta que les tomen la denuncia.
LGP
Fuente Clarin