Aunque los talibanes, en el poder en Afganistán desde el domingo, controlan ahora las afueras del aeropuerto de Kabul, las negociaciones han despejado un corredor de acceso desde las embajadas occidentales, lo que permitió al a corresponsal de RFI, Sonia Ghezali, llegar a la pista a primera hora de este miércoles para preparar su propia salida.
El aeropuerto de Kabul, la última puerta salida del país, está siempre abarrotado de aspirantes a exiliados, deseosos de escapar del regreso de los talibanes. También es donde muchos extranjeros esperan ser evacuados, como Sonia Ghezali.
La periodista, que cubre la actualidad afgana para RFI desde 2016, debía abandonar la capital a bordo de un avión del ejército francés. Este es quizás su último relato desde Afganistán, necesariamente entregado de una forma más personal que su trabajo de los últimos cinco años.
Evacuados en un avión alemán, en Kabul. Foto: AP
Salida en medio de la noche
“En medio de la noche, todos subimos a varios autobuses, que se dirigieron al aeropuerto militar de Kabul, escoltados durante parte del camino por los talibanes, que habían ‘limpiado’ la carretera, por así decirlo, para que estuviera libre y sin atascos.
El camino fue tranquilo, no encontramos ningún problema, no nos pararon ni nos revisaron. En los días anteriores habíamos visto esta carretera hacia el aeropuerto repleta de miles de coches. Pero esta vez, no fue así.
Está claro que esto se hizo con la cooperación de los talibanes, pues de lo contrario no habría sido posible ir al aeropuerto militar con tanta facilidad sin ser detenido. Los talibanes están por todas partes: tienen controles de carretera y ocupan el lugar que la policía y los soldados desempeñaban antes del cambio de poder el domingo.
Combatientes talibanes patrullan Kabul. Foto: AP
Cuando llegamos a la entrada del aeropuerto militar, tuvimos que esperar cerca de una hora. En la entrada, vimos gente esperando a un lado, al pie de estos muros de hormigón armado que rodean todo el recinto.
Vimos a todos esos jóvenes, sobre todo a los hombres jóvenes, tratando de encontrar la más mínima oportunidad para entrar en el grupo y meterse dentro. Por cierto, éramos varios autobuses, íbamos grupo por grupo al aeropuerto militar, y algunos consiguieron entrar con nosotros.
Al final los descubrieron, porque nos revisaron varias veces al entrar en el aeropuerto militar. Fueron localizados y luego evacuados por los soldados estadounidenses. Una vez que llegaron al recinto del aeropuerto, la seguridad estuvo a cargo de soldados estadounidenses y franceses”.
El aeropuerto de Kabul está divido en dos partes: la comercial y la militar, de donde parten los aviones con los diplomáticos extranjeros.
Después de las escenas de caos vividas este lunes con afganos que trataban de huir del país, las tropas de Estados Unidos tomaron el control total del aeropuerto Hamid Karzai de Kabul mientras los talibanes, en un aparente pacto de no agresión, protegen las inmediaciones para reforzar la seguridad.
Ellos deciden quien entra. Solo podrán pasar a quienes las autoridades extranjeras en el aeropuerto convocan. No hay manera de huir para cualquier otra persona.
El lunes, en el primer día del país bajo el control de los talibanes, miles de personas desesperadas por huir de Afganistán desataron el caos intentando abordar vuelos de repatriación.
La marea humana copó el aeropuerto para llegar hasta la pista de aterrizaje, donde otros miles trataban de subirse a los aviones o detener a las aeronaves en movimiento para que no despegaran sin ellos. Un avión militar de EE.UU. logró despegar con casi 700 personas abordo, con gente colgando de las alas.
En este momento, solo los empleados del aeropuerto y los ciudadanos con documentos de viaje pueden ingresar al aeropuerto.
Redacción Clarín con información de RFI
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Fuente Clarin