Alberto Fernández busca reponerse del durísimo traspié que significó el festejo de cumpleaños que compartió en Olivos con su pareja y amigos en pleno aislamiento y retomar la iniciativa política en el sprint final de la campaña con una recorrida por el interior y mayor presencia de sus funcionarios de cara a las primarias del mes próximo.
Fue la bajada de línea que se trazó en la reunión de gabinete del viernes, una puesta en escena inusual de esta gestión que la Casa Rosada utilizó como respuesta a la ofensiva opositora por el agasajo a Fabiola Yañez de julio del año pasado, una revelación explosiva en medio de la campaña.
“Hay que salir a la calle”, planteó en ese encuentro uno de los oradores, un ministro con militancia bonaerense.
Es más: pidió frente al Presidente, Santiago Cafiero y la primera línea de funcionarios que todo el gabinete se anote el domingo 12 de septiembre a fiscalizar. Como una muestra de vitalidad política interna frente a los cuestionamientos.
Es que el cumpleaños de Olivos, que por ahora incluye imágenes y una serie de grabaciones que el Presidente quiso ordenar durante la semana con la filtración en el sitio El Destape y en la Televisión Pública, se transformó en la crisis más grande de la coalición de gobierno, incluso por encima de la vacunación VIP de febrero pasado.
No solo porque a diferencia de ese operativo montado en el edificio del Ministerio de Salud, que derivó en la salida de Ginés González García, esta vez no hubo a quién culpar por fuera de la figura presidencial.
Si no porque, ahora, las críticas no nacieron solo desde el sector más duro de la coalición, es decir del kirchnerismo: el propio staff de funcionarios y colaboradores que pululan por Casa Rosada sintió el mazazo en carne propia. En ese contexto, el respeto a la investidura presidencial quedó severamente dañado.
En ese sentido, el Gobierno buscará desde las próximas horas dejar atrás el episodio Olivos con un raid de visitas por el interior del país que empieza por San Juan, que sigue por Catamarca -festeja el bicentenario- y La Pampa, una agenda que Fernández tiene previsto fatigar este lunes, el miércoles y el próximo viernes.
Como una manera de incluir además a los gobernadores, que hasta ahora se declararon prescindentes del affaire Olivos que salpica al oficialismo. Y de machacar en la etapa de la pospandemia, una hoja de ruta trazada cuando todavía no habían aparecido las fotos y los videos de Olivos.
Una fotografía de Alberto Fernández junto a la primera dama Fabiola Yañez y un grupo de amigos en la Quinta de Olivos durante la cuarentena estricta del año pasado
Lo mismo Eduardo “Wado” de Pedro, uno de los nexos principales entre la Casa Rosada y el kirchnerismo, además de Máximo Kirchner y Sergio Massa: el ministro del Interior viajará a Tucumán, Salta y Catamarca. La llaman “la semana federal”.
Los días previos, antes del inicio de la veda que prohíbe hasta las PASO actos de gobierno orientados a captar el voto, habían estado centrados en el Gran Buenos Aires. Con una muestra de unidad inusual motivada por el escándalo de Olivos: Cristina Kirchner, Fernández, Máximo Kirchner, Massa y Axel Kicillof se subieron al mismo escenario el martes y el miércoles, en Avellaneda y La Plata, respectivamente.
Un síntoma de la necesidad del frente de priorizar la cohesión interna por sobre las tensiones que corroen a la coalición.
Más allá de la gira por el interior, para el Frente de Todos la provincia de Buenos Aires es aún el objetivo central de la campaña.
La imagen del cumpleaños de Fabiola Yáñez en Olivos junto al presidente Alberto Fernández en plena cuarentena.
Victoria Tolosa Paz -participó este sábado del evento de Tres de Febrero junto al jefe del bloque de Diputados del oficialismo, Massa y De Pedro- recorrerá esta semana la quinta, la segunda, la primera y la octava sección electoral. En línea con la urgencia de apuntalar la estrategia para achicar la diferencia con la oposición en el Senado bonaerense, un pedido del gobernador en el acto del miércoles en La Plata.
Para la Casa Rosada es indispensable además que los funcionarios de la administración central se enfoquen en la campaña. Para mostrar los supuestos “goles” a los que el Presidente aludió en la capital bonaerense, veinticuatro horas después de que la vicepresidenta resaltara que el Gobierno solo pudo “atajar penales”.
No es fácil. Los colaboradores presidenciales pidieron, por caso, que se acaben los trascendidos internos. La desmotivación atraviesa a todo el gabinete: sucede que buena parte de los ministros y secretarios de Estado que no cuentan ni con una décima de la centralidad de Cristina Kirchner también reclaman, como ella, que el jefe de Estado ponga “orden”.
Fuente Clarin