Las dificultades en la evacuación de Afganistán tras la llegada al poder de los talibanes no dejan de sucederse, a solo cuatro días de que las tropas de Estados Unidos, Reino Unido y otros países de la OTAN se retiren de forma definitiva del país.
Este viernes, el diario The Times ha revelado que el ministerio de asuntos Exteriores británico dejó en las instalaciones de la embajada, evacuada el 15 de agosto y ahora bajo control de los insurgentes, documentos con información y datos de contacto de los trabajadores afganos que colaboraban con ellos, incluyendo nombres, direcciones y números de teléfono. Precisamente, entre las miles de personas que las fuerzas occidentales han sacado del país hasta el momento no están solo sus nacionales, sino los locales que colaboraron con ellos, y sus familias, que temen sufrir represalias por partes de los talibanes.
Todo apunta a que en las prisas por salir de la embajada, los empleados no cumplieron con los estrictos protocolos de evacuación, que requerían la destrucción de todos los documentos con información que pudiera comprometer la seguridad del personal afgano o incluso de trabajadores potenciales, ya que había también currículums de quienes buscaban trabajo en esas dependencias. Las llamadas realizadas por The Times a los números de teléfono que aparecían en los documentos abandonados revelaron que, aunque algunos de los que figuran en la lista habían sido ya evacuados a territorio británico en los últimos días, otros miembros del personal de la embajada se habían quedado atrás. Entre ellos hay tres miembros del personal afgano y ocho familiares, incluidos cinco niños, que se quedaron varados entre la multitud que no podía acceder al sector del aeropuerto controlado por los británicos. «Por favor, no nos dejéis atrás», declaró al periodista uno de los contactados. Puede costar muchas vidas.
El Ministerio de Relaciones Exteriores declaró que durante la evacuación de la embajada «se hizo todo lo posible para destruir material sensible», y de hecho, el periodista confirmó que él mismo encontró los documentos mientras acompañaba a una patrulla talibán a través del barrio donde se encontraban las delegaciones diplomáticas. Esta información, indicó, podría costarle a estas personas «la libertad o la vida». «Tenemos mucho, mucho miedo», afirmó otro de los empleados abandonados, que había intentado el pasado martes ingresar junto con su esposa e hija al aeropuerto, pero no lo lograron, ya que los talibanes empezaron a disparar al aire y a amenazar a la multitud blandiendo látigos.
«La escena fue aterradora, horrible. Mi hija se asustó más de lo que puedo describir. Pero no tenemos más remedio que intentar salir de nuevo. No queda mucho tiempo», afirmó. Sus esperanzas, sin embargo, desgraciadamente podrían ser vanas. Este viernes, el ministerio de Defensa informó que el Reino Unido ha entrado en la etapa final de su operación de evacuación y que no se llamará a más personas para que acudan al aeropuerto, sino que los esfuerzos se centrarán en sacar a las aproximadamente mil que ya están ahí y que cuentan con autorización para salir. «Lamento profundamente que no todos hayan podido ser evacuados durante este proceso», señaló el ministro de Defensa, Ben Wallace, en un comunicado. En declaraciones a la prensa local, detalló que la amenaza de nuevos terroristas aumenta a medida que la operación se acerque a su fin. Hasta el momento, el Reino Unido ha evacuado a más de 13.700 ciudadanos británicos y afganos, lo que representa el segundo puente aéreo más grande de la fuerza aérea del país después del puente aéreo de Berlín en 1949, dijo el ministerio.
Fuente ABC