Paradójicamente, el conflicto por el canal del Beagle que puso a la Argentina y Chile al borde de la guerra en 1982 volvió ahora a resurgir por el avance de los derechos de los estados sobre sus plataformas continentales (PC). Estos derechos, reconocidos por la ONU, superan a la zona económica exclusiva (ZEE) de 200 millas a partir de las costas.
Sucede que cuando tras la mediación del Papa Juan Pablo II que frenó por horas una guerra fratricida y la consulta popular que hizo el ex presidente Raúl Alfonsín en 1984 se firmó el histórico Tratado de Paz y Amistad que enterró cien años de tensiones militares y diplomáticas.
El problema es que ese tratado clave en la larga historia de problemas limítrofes entre ambos países se refiere a la ZEE y no habla de la PC. Esta es clave porque permite a los países tener derecho sobre el lecho y subsuelo, no las aguas y la pesca, hasta un máximo de 350 millas. Es una pelea a futuro por los minerales e hidrocarburos del mar.
Por esa razón, la cancillería en un comunicado señaló que el nuevo decreto del Gobierno de Chile “proyecta su plataforma continental al este del meridiano 67º 16′ 0” lo que “claramente no coincide con el Tratado de Paz y Amistad celebrado entre ambos países en 1984″. El Gobierno argentino tomó conocimiento de eses decreto publicado el viernes con fecha del 23 de agosto en el Diario Oficial de ese país relativa a esos espacios marítimos.
La Cancillería argentina recordó que “el límite exterior de la plataforma continental argentina en esta zona se refleja en la Ley Nacional 27.557, aprobada el 4 de agosto de 2020 por unanimidad en ambas Cámaras del Congreso de la Nación y promulgada por el Poder Ejecutivo el 24 de agosto de ese mismo año”.
“Dicha ley no hace sino recoger en una norma interna la presentación oportunamente efectuada por el Gobierno argentino sobre dicha zona ante la Comisión de Límites de la Plataforma Continental (CLPC)” de la ONU que hizo la diplomacia del ex presidente Mauricio Macri sin provocar ningún conflicto.
Hasta ahora esa presentación argentina ni la decisión de la Comisión habían sido objetadas por Chile.
En fuentes diplomáticas se preguntó si fue oportuno que el gobierno de Alberto Fernández hiciera promulgar esa ley el año pasado en vez de esperar un contexto internacional más oportuno.
“La medida intentada por Chile pretende apropiarse de una parte de la plataforma continental argentina y de una extensa área de los fondos marinos y oceánicos, espacio marítimo que forma parte del Patrimonio Común de la Humanidad de conformidad con la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar”, aseguró el Gobierno nacional.
El decreto de Chile se suponer con la ley argentina en “5.302 kilómetros” debajo del pasaje Drake por la proyección que hacen desde las islas del canal del Beagle. El lema de la dictadura argentina en 1978 cuando se estuvo al borde de la guerrea era “Chile en el Pacífico; Argentina, en el Atlántico”.
Ahora sobresale esa zona de conflicto con una media luna pero el problema es más grave ya que los reclamos de la Argentina, Chile y Gran Bretaña sobre la Antártica casi se superponen totalmente. La soberanía de la Antártida está congelada por un acuerdo de la ONU para resolver en el futuro.
“Era casi inevitable que hubiera una colisión. Cada uno salva sus reclamos con leyes o decretos para el futuro”, explicó otra fuente diplomática.
En términos llanos, “si Chile no hacía esa salvedad en el decreto quedaría en desventaja para negociar el futuro porque el que calla, otorga”, contó la fuente. La respuesta argentina fue, también, la correcta y el tema no debería llevar a una escalada del conflicto sino no ganan los sectores nacionales de cada lado de la cordillera.
Fuente Clarin