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Un hombre de 44 años quedó detenido este sábado como sospechoso de haber cometido el doble crimen de una mujer y de su hija, encontradas asesinadas en una casa de la localidad bonaerense de Villa Pineral, tras haberle confesado a su hermana que se había “mandado una cagada”.
Se trata de Juan Jesús Silva, un vecino de Vera Ylda Oviedo (83) y Luzmilda María Gauto (60) que vive a una cuadra del lugar del hecho cometido este viernes en la calle Perú, entre Mendoza y Carlos Tejedor.
La detención se dio luego que una joven de 21 años, hermana del acusado, se presentó en la comisaría y relató que él le dijo que “se había mandado una cagada”, tras lo cual le entregó una camiseta de fútbol, un pantalón y una campera con manchas de sangre.
Ante ese testimonio, el fiscal de la causa, Carlos Insaurralde, dispuso un allanamiento en la casa de Silva, a unos 100 metros de la casa de las víctimas.
El sospechoso será indagado por el delito de “doble homicidio agravado”.El hombre presentaba lesiones en sus manos y en el rostro, por lo que los investigadores intentarán determinar si fueron ocasionadas por las víctimas para defenderse del ataque.
Según las fuentes, en las autopsias fueron extraídas muestras bajo las uñas de las mujeres para confirmar si había rastros de ADN de Silva.
El hecho fue descubierto cerca de las 6 de este viernes cuando el yerno de Gauto fue a la casa porque ni ella ni su madre respondían a los llamados.
Al ingresar, el hombre encontró a Gauto en el baño de la casa con signos de estrangulamiento y golpes, en tanto que Oviedo se hallaba en una de las habitaciones, con heridas en el cuerpo y en el cuello.
“Parece que el yerno de Luzmila se intentaba comunicar con ella y no le atendía el teléfono. Él le suele dejar a las hijas porque vive acá cerca, entonces vino y se encontró a las dos tiradas ahí. El hombre salió casi descompuesto y asustado porque uno no espera esto”, dijo una vecina, llamada Telma.
El caso es investigado por el fiscal Carlos Insaurralde, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 3 de San Martín.
“Las conocía a las dos, estoy muy sorprendida. Ella trabajaba en una fábrica acá a la vuelta. Vivía con su mamá y están las dos muertas, eso es todo lo que sabemos”, cerró Telma.
Voceros judiciales dijeron que varios sectores de la casa estaban revueltos, aunque las aberturas no tenían signos de haber sido forzadas o violentadas.
Ante esa situación, los investigadores sospechan que las víctimas pudieron haber dejado ingresar al asesino porque existía algún conocimiento previo o tenían una relación de confianza con él.
Con información de Télam
GL
Fuente Clarin
