“No saben la tranquilidad que me da que la CGT me banque. Hagan el esfuerzo de unirse”, pidió Alberto Fernández ante dieciseis representantes del consejo directivo de la central sindical, encabezados por Héctor Daer.
Después de una inusual reunión de tres horas de duración en Casa Rosada, el Presidente y la cúpula cegetista buscaron revitalizar el vínculo tras los chispazos por el cierre de listas de hace poco más de un mes y en vísperas del proceso de renovación de autoridades de la central obrera, previsto para el próximo 11 de noviembre.
En el cónclave, también se llevaron fondos extra para las obras sociales, unos $7.000 millones para compensar los gastos por discapacidad y antes de fin de año les darán otros $4.000 millones. “Ya está listo el circuito administrativo”, confirmaron en el Gobierno.
“La unidad sindical es central. Mientras yo sea presidente ustedes van a tener voz, estén o no en una lista“, planteó el jefe de Estado en el salón Eva Perón del primer piso de la Casa Rosada, según confiaron a Clarín fuentes al tanto del encuentro.
Lo escuchaban, además de Daer, Carlos Acuña, Andrés Rodríguez, Gerardo Martínez, Armando Cavalieri, José Luis Lingieri, Antonio Caló, Rodolfo Daer, Noemí Ruiz, Roberto Fernández, Jorge Sola, Víctor Santa María, Sergio Romero, Robustiano Geneiro y Sebastián Maturano.
La declaración de Fernández no fue casual: desde el sindicalismo había trascendido hacia fines de julio un notorio malestar por el cierre de las listas del Frente de Todos, que no tuvieron los representantes de la cúpula cegetista que esperaban en la sede de la calle Azopardo.
“Nos hubiera gustado que haya más candidatos“, se sinceró Daer minutos antes de la reunión, todavía de día. Bien entrada la noche, el sindicalista resaltó ante los periodistas acreditados en Casa Rosada el tono que, según las fuentes, sobrevoló en la reunión.
“Vinimos a decirle al Presidente que estamos acompañando este proceso, este proyecto“, resumió el líder de la Federación de Trabajadores de la Sanidad. Incluso reveló que en los próximos días habrá una visita del gabinete económico y social a la sede de la CGT, en la calle Azopardo.
El encuentro, que contó además con la presencia de Santiago Cafiero, Cecilia Todesca y Claudio Moroni -después se sumó Gustavo Béliz, una vez empezado-, se dio este lunes a dos semanas de las primarias, y en medio del proceso de renovación de autoridades de la central sindical que tiene en vilo al gremialismo.
Después del cónclave de Casa Rosada hubo, de hecho, una segunda parte en San Telmo, a pocas cuadras: se encontraron Máximo Kirchner y Eduardo “Wado” de Pedro con Daer, Lingeri, Rodríguez, Martínez. Es decir, la mesa chica de la CGT.
Hay dirigentes, como Sergio Palazzo, que sí obtuvo un lugar de privilegio en la lista del FDT de diputados en la Provincia -va cuarto-, que tiene un vínculo estrecho con Cristina Kirchner y que quiere tener más protagonismo. Igual que el moyanismo, cuya relación con la central sindical navega por aguas turbulentas desde hace tiempo.
“Esa discusión es propia de los trabajadores, no hablemos de nombres“, contestó Daer en el Patio de las Palmeras de la Casa de Gobierno cuando se le preguntó por Pablo Moyano, hijo de Hugo y líder del sindicato camionero, y uno de los dirigentes que se menciona con insistencia desde hace meses. Tiene, por ejemplo, un trato más que fluido con el jefe de La Cámpora.
A principios de julio, el Gobierno ya había tenido un gesto con el sindicalismo con la modificación del sistema de libre elección de las obras sociales, un reclamo histórico de la central obrera que Fernández sació con un decreto que obliga a los trabajadores con nuevo empleo a permanecer al menos un año en la obra social de los gremios. Una medida criticada con fuerza por las prepagas.
El lazo, de todos modos, volvió a tensarse luego con las precandidaturas frentetodistas. El cónclave de este lunes, a quince días de las PASO, buscó darle otra vez robustez a la relación.
“Somos parte de un gobierno peronista. Tenés todo el apoyo de la CGT, vamos a estar al lado tuyo en lo que necesites”, fue el mensaje de los dirigentes gremiales, según trascendió de fuentes oficiales ante este diario.
Se trazó además un diagnóstico de la realidad de cada sector, se reiteraron también las promesas de aumento del mínimo no imponible de Ganancias y hubo cierta unanimidad en remarcar atisbos vinculados a la “recuperación económica” en la que el Gobierno se quiere focalizar como parte de la agenda de la pos pandemia.
Es lo que busca el Frente de Todos en el sprint final de la campaña: mostrar unidad en todas sus vertientes, siempre y cuando el Presidente o alguno de sus funcionarios no arruina esa hoja de ruta con algún traspié de ocasión.
Fuente Clarin