Casi todo es grieta. Una campaña deslucida. Hay sin embargo un eje temático que emerge como política de estado
Hay un páramo de ideas dentro de la campaña legislativa 2021. Piden votos en base a dos modelos que pocos saben explicar. En el medio del escepticismo y la bronca.
Sin embargo, lejos de estar en la cabecera de los jingles y mensajes de los candidatos, hay un tema que emerge como política de estado inevitable. Se podría resumir con una pregunta: ¿Qué hacer con los piqueteros?
El planteo requiere un análisis algo más refinado. Desde el oficialismo al bloque opositor, existe una lectura parecida : los planes sociales, tal como se entienden actualmente, son un esquema terminado.
De los 5 temas que el deber decir plantea en foros de un país que abandone la confrontación permanente y acuda a niveles racionales de diálogo, qué hacer con el asistencialismo pareciera ser una ventana de oportunidad de dejar la retórica y ponerse a trabajar con la nueva composición del Congreso.
Quizás el que lo plasmó con mayor franqueza en su campaña fue hasta aquí el peronista Florencio Randazzo. Lejos de la gestión se permitió abrir el debate acompañado en la lista por la mujer mas empoderada de la UIA.
Los planes surgieron como una respuesta a una crisis estructural del 2001 y hay que tomar otras decisiones“, dice cuando tiene oportunidad en los medios, Randazzo.
A decir verdad, el planteo está en el seno del mismo gobierno. Funcionarios de Acción Social como el Chino Navarro lo viene advirtiendo con búsqueda de consensos internos aunque la compleja madeja de planes y distribución loteada entre las organizaciones sociales, hace del desandar un camino repleto de dificultades.
Los piqueteros afines y opositores han coincidido como beneficiarios del sistema en tomar las calles previo a las PASO, reclamando mayor reparto de los planes.
El flamante ministro Juanchi Zabaleta, tras días de piquetazos, pudo calmar algo las aguas pidiendo una tregua para concentrarse en las elecciones y que se apoye a los candidatos del Frente de Todos. Muchas de esas organizaciones sociales pueden acercar y empujar las boletas del oficialismo.
Un actor predominante en la discusión es Juan Grabois quien analiza la candente temática desde otra pespectiva: “la única forma de salir de la discrecionalidad es la universalidad de las políticas sociales, y que las políticas socio laborales estén mejor auditadas y elaboradas”, señala.
El Macrismo, que prometió en el gobierno ir desandando el asistencialismo, no cumplió. Su ex ministra, Carolina Stanley mantuvo un ida y vuelta con los líderes piqueteros y el ex presidente Macri se sentía orgulloso de haber ampliado los planes sociales durante su gobierno,
Las cifras son categóricas. Hace 20 años los planes alcanzaban a 2 millones de personas. En la actualidad, en sus diferentes formatos de asistencialismo, superan las 20 millones de personas.
Sentar las bases para que un nuevo gobierno en el 2023 pueda tener este delicado tema rumbeado parece un fin claro de conversaciones entre ambos bandos. Lo más difícil es el cómo. No se le puede quitar la ayuda de golpe a todo el mundo, con más de 40 % de pobreza pero si transparentar la ayuda con censos y otras herramientas que vayan sacando de esta trampa a los necesitados.
Ir al trabajo genuino es el desafío de una argentina que recupere niveles mínimos de dignidad. El horizonte está claro como objetivo, falta la real voluntad política.
Fuente Expediente Pol{itico