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A mediados de agosto, cuando se materializó la retirada de los Estados Unidos de Afganistán y el triunfo de los Talibán, la joven Zainab Momeny logró escapar a Pakistán. Hoy está esperando en Quetta, capital de la provincia de Baluchistán, en Pakistán.
La semana próxima, el embajador argentino en Islamabad, Leopoldo Sahores, la va a ir a buscar a esa región fronteriza con Afganistán para darle un salvoconducto. Ocurre que en un discreto operativo diplomático, y a pedido del gobierno de Sebastián Piñera, la cancillería argentina está trabajando para que esta mujer de 33 años, pueda viajar a Santiago de Chile, desde donde la reclama su hermana para que le den refugio político.
La situación de la joven Momeny hizo que Buenos Aires y Santiago dejaran a un lado la fuerte escalada bilateral por el conflicto de la plataforma continental en los mares al sur de Tierra del Fuego.
La historia de Momeny no está completa pero se afirma que es profesora en la Universidad de Bamyan y, como se ve en la entrevista que le hizo la televisión chilena hace unos días, habla inglés fluidamente. Momeny habló entonces desde Kabul, antes de escaparse a Pakistán. En ese dramático testimonio, dijo estar segura de que el régimen Talibán pronto se iba a “deshacer” de ella. “Posiblemente me harán la vida imposible”, advirtió en una clara referencia a las duras restricciones que solía imponer el grupo islamista a niñas y mujeres, impedidas de estudiar y trabajar.
“Soy una mujer divorciada, profesora, y el mensaje del talibán es que no pueden protegerme de ellos”, dijo. Fue su crudo testimonio mientras que desde Santiago de Chile, su hermana Zahra Habibi empezó a pedir ayuda para sacarla a través de un grupo de Facebook, que llegó a los oídos del gobierno trasandino. Zahra llegó en 2008 a Chile y hoy estudia medicina. Hace unos dias la recibió el canciller Andrés Allamand, quien confirmó que haría “el mayor esfuerzo” por intentar que Zainab saliera de Kabul.
Y así fue. Chile se ofreció junto a otros países de America Latina -como Brasil y Mexico- a recibir afganos que busquen refugio, en especial mujeres, entre las más vulnerables. El gobierno de Argentina aún no decidió si abrirá las puertas a los refugiados de Afganistan, pero tampoco lo descarta. Hay al menos diez familias o ciudadanos afganos que estarían en condiciones de venir al país.
Pero al mismo tiempo, como Chile no tiene embajada ni en Afganistan ni en Pakistán -Argentina sí tiene en Islamabad, al igual que Brasil y Cuba- el embajador Rafael Bielsa gestionó con el canciller Felipe Solá la salida de Zainab. Esta se va a concretar entre miércoles y jueves próximo: la chica viajara de Quetta a Dubai, luego a París. Y de la capital francesa a Santiago.
Este viernes Sahores confirmó a Clarín que el operativo argentino chileno es parte de una “acción humanitaria” gestionada a “alto nivel” entre las cancillerías de Chile y la Argentina. Él mismo viajará en estos días a Quetta, que esta al sur de Pakistán, para darle la documentación necesaria que le envió el gobierno trasandino para Zainab, quien está sin visa y pasaporte. Por lo tanto, Sahores le estará llevando documentos para un salvoconducto acordado con el gobierno paquistaní. Los gastos de traslado los está pagando Chile.
Argentina tiene compromisos para este tipo de ayuda humanitaria con los países del Mercosur y los estados asociados al bloque, como Chile.
Según cifras internacionales la llegada de los Talibán al poder desató un éxodo dentro y fuera de Afganistán. El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur), asegura que más de medio millón de afganos han sido desplazados sólo dentro del país este año. Muchos países islámicos o vecinos de Afganistán, con excepción de Irán, se niegan a recibir afganos como refugiados.
Fuente Clarin
