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Los presidente de EE.UU. y China sostuvieron una inesperada y extensa conversación telefónica de hora y media en la noche del jueves al viernes.
El diálogo buscó intentar reducir la tensión binacional y evitar que el duelo que sostienen las dos mayores potencias globales pueda generar el efecto no deseado de “un conflicto involuntario… no intencional”. Un escenario “peligroso”, según fuentes de la Casa Blanca.
La conversación entre Joe Biden y Xi Jinping, puso fin a una brecha de siete meses en la comunicación directa entre los líderes de los colosos económicos de esta era. La anterior se produjo en febrero y duro dos horas. La llamada fue confirmada por la Casa Blanca y los medios de China.
Encuentro del 2015 entre Joe Biden y Xi Jinping. (AFP)
La discusión, que se extendió 90 minutos, se centró en encontrar un camino a seguir para la relación entre los dos países. Biden inició la llamada. Se habló sobre “áreas donde nuestros intereses convergen y áreas donde nuestros intereses, valores y perspectivas divergen”, dijo la Casa Blanca en un comunicado.
Desde que el presidente demócrata asumió en enero se profundizó el duelo con la República Popular que ya había iniciado su antecesor Donald Trump. Washington acusa a China de no brindar suficiente información sobre la pandemia: de fomentar acciones de ciberespionaje y violar los derechos humanos.
La diplomacia china usualmente responde esas acusaciones, marcando problema similares en Estados Unidos.
De ahí la importancia de esta conversación según los analistas, porque llega en un momento que Washington y Beijing lidian con roces en escalada que incluyen, además, la cuestión de Hong Kong donde no se respetó el estilo independiente de ese territorio hasta 2047 como se había pactado o la de Taiwan, que la República Popular reclama como parte de su soberanía.
Sin embargo, al revés del duelo este-oeste del siglo pasado entre EE.UU. y la URSS, existe una mutua dependencia económica entre estos dos gigantes, que coinciden en la lucha contra el terrorismo o la cuestión del cambio climático.
Joe Biden ya se había encontrado con Xi Jinping en 2015, cuando era vicepresidente. (AP)
Los medios estatales chinos informaron que la charla fue “sincera” y “profunda”, y agregaron que el presidente Xi dijo que ha sido la política de EE.UU. sobre China la que generó grandes dificultades en el vínculo.
El vocero de la cancillería de China, Zhao Lijian, comentó que los dos presidentes “acordaron mantener contactos regulares a través de múltiples medios” y que ambos trabajarían para acelerar los esfuerzos diplomáticos “a fin de crear condiciones favorables para el desarrollo de las relaciones entre China y EE.UU.”. Posiblemente el resultado más relevante del diálogo.
En declaraciones a la cadena Al Jazeera, Benjamín Herscovitch, investigador principal de la Escuela de Regulación y Gobernanza Global de la Universidad Nacional Australiana, dijo que la convocatoria es un “paso positivo” antes de varias reuniones multilaterales importantes, incluida la 76a sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, la próxima reunión de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) y la cumbre del G20 en octubre.
Durante la llamada, el mensaje de Biden fue que EE.UU. quiere asegurarse de que “la dinámica siga siendo competitiva y que no tengamos ninguna situación en el futuro en la que nos desplacemos hacia un conflicto no intencional”, dijo a periodistas un funcionario del gobierno estadounidense.
En Beijing, la emisora estatal CCTV informó que el diálogo fue “sincero, profundo” y cubrió “comunicaciones estratégicas extensas e intercambios sobre las relaciones binacionales”.
El gobierno demócrata ha mantenido en vigencia los aranceles contra los productos chinos que había impuesto Trump en la llamada guerra comercial que en realidad era una competencia por el liderazgo tecnológico.
Pero, según las fuentes de la Casa Blanca, el impasse diplomático con ese trasfondo se fue tornando insostenible y potencialmente peligroso, lo que hizo fundamental la intervención de los propios líderes para calmar las aguas.
“Damos la bienvenida a la dura competencia, pero no queremos que la competencia se convierta en un conflicto”, agregó el funcionario que pidió anonimato. El objetivo de la convocatoria era establecer “medidas de seguridad” para que la relación se pueda “gestionar de forma responsable”.
La intención es que las acciones de EE.UU. no sean “malinterpretadas” por China. Se recordó el antecedente del enojado intercambio en marzo en Alaska que sostuvieron el canciller norteamericano Antony Blinken y altos diplomáticos de la República Popular.
DV
Fuente Clarin
