Es el verdadero bastión, la última y más férrea trinchera del peronismo. La Tercera Sección Electoral, que abarca a los municipios del sur del conurbano, más La Matanza, solo conoció una derrota en los últimos 35 años, en 1997. Pero además, en las últimas tres elecciones legislativas en las que el kirchnerismo perdió en la Provincia, “La Tercera” se convirtió en la resistencia, siempre con victorias.
Geográficamente está conformada por 19 municipios, hay casi 5 millones de electores, de los que un tercio (1.660.000 electores) votan solo en La Matanza y Lomas de Zamora. La mayoría de los distritos está gobernado por un amplio abanico de peronistas, que van desde los ortodoxos hasta La Cámpora, con circuitos electorales en los que superan el 70% y sus rivales apenas llegan al 15% de los votos.
Además de La Matanza y Lomas de Zamora, el peronismo administra también Almirante Brown, Avellaneda, Berazategui, Esteban Echeverría, Ezeiza, Florencio Varela y Quilmes. Por fuera del conurbano y también en la Tercera Sección Berisso, Cañuelas, Ensenada, Presidente Perón, Punta Indio y San Vicente.
Mientras que Juntos por el Cambio, ahora Juntos, en 2019 solo conservó Lanús en el Gran Buenos Aires tras la pérdida de Quilmes, y también dentro de la Tercera contabiliza pintado de amarillo a Brandsen, Lobos y Magdalena.
La primera “imagen de unidad” del Frente de Todos fue en la Isla Maciel, Avellaneda. Foto Presidencia
Al desmenuzar los números que convierten a la Tercera Sección en un bastión del peronismo, es el sector del conurbano donde el kirchnerismo vence desde 2005. Fue un 45% a 18% en 2005, cuando Cristina Fernández de Kirchner compitió por una banca en el Senado contra Hilda “Chiche” Duhalde.
Se reforzó como fortaleza para el kirchnerismo cuando en 2009, Néstor Kirchner que buscaba una banca como diputado perdió en la Provincia contra Francisco De Narváez, pero en la Tercera venció por 40% a 32%.
En 2013, con la irrupción del Frente Renovador de Sergio Massa, el vencedor en la Tercera fue Martín Insaurralde, actual intendente de Lomas de Zamora, que como candidato a diputado nacional logró el 41% a 39%, pese a perder en la Provincia.
Y en la última elección legislativa, cuando Cristina Fernández de Kirchner desde Unidad Ciudadana perdió por cuatro puntos contra Esteban Bullrich de Cambiemos, en la Tercera Sección electoral, ese derrota pareció no existir. En el mejor momento del macrismo, la ex presidenta obtuvo un millón y medio de votos, el 44%, contra un 35% del ex ministro de Educación.
Otro de los datos que refleja la matriz peronista de este conjunto de municipios es que desde 1987 en la Tercera Sección el peronismo solo bajó del millón de votos en tres elecciones: 1991, 2001 y 2003.
Mientras que en 2019 llegó a su récord de 2.100.760. No solo superó por primera vez los dos millones de votos, sino que le dio el 40% de los sufragios a Axel Kicillof para llegar a la gobernación.
Todo el abanico de peronista
De local, en esta campaña electoral, Cristina Kirchner visitó varias veces el sur del conurbano, donde la cobijan los votos. Desde Isla Maciel, en el Partido de Avellaneda, remarcó que el peronismo y el kirchnerismo “son lo mismo”.
Mayra Mendoza, intendenta de Quilmes y militante La Cámpora. Foto: Andres D’Elia
“Néstor (Kirchner) decía que nos bajaban el precio al decir kirchnerista y yo decía que no. Hay mucha gente que no vivió el peronismo, que nadie le contó nada del peronismo, que vivieron esto entonces no es que le bajan el precio, se sienten kirchneristas porque no tuvieron la experiencia del peronismo”, dijo la vicepresidenta.
Desde hace un tiempo la ex presidenta llama a los 12 años y medio de gobierno de los Kirchner como peronismo. Peor más allá de la identificación con el peronismo tradicional o el kirchnerismo. Un dirigente barrial de González Catán, en el Partido de La Matanza, remarca que le gusta el adjetivo de “puntero” y resume la diversidad de dirigentes justicialistas dentro de la Tercera Sección Electoral.
“Tenés el peronismo más ortodoxo de (Fernando) Espinoza en La Matanza; el más mano dura con (Alejandro Granados) en Ezeiza; a La Cámpora con Mayra (Mendoza) en Quilmes; un peronismo más paternalista con (Juan José) Mussi en Berazategui; un cristinista como (Jorge) Ferraresi en Avellaneda; y uno más ‘mediático’ como (Martín) Insaurralde en Lomas de Zamora; para todos los gustos”, apuntó.
Alejandro Granados, intendente de Ezeiza, junto a su esposa, la diputada Dulce Granados. Gobierna el distrito desde 1995.
Al repasar las elecciones desde el regreso de la Democracia, el peronismo solo perdió en la Tercera Sección en tres comicios: 1983, 1985 y 1997. En esa última elección se impuso la Alianza, cuando Graciela Fernández Meijide obtuvo más votos que “Chiche” Duhalde y en la Tercera, Hugo Guerrieri venció al peronista Osvaldo Mercuri por apenas 59.828 votos, con 1.081.014 votos para la Alianza y 1.021.186 para el PJ.
A diferencia de la Primera Sección Electoral -Norte y Oeste del GBA-, hubo resistencia de los intendentes peronistas y prácticamente no hubo división de municipios con el proyecto duhaldista “Génesis 2000”, que mantuvo el poder del peronismo en esos distritos. Solo fue creado el distrito Ezeiza en 1995, que desde ese año es gobernado por Alejandro Granados.
Los circuitos electorales de mayor diferencia
El gobernador Axel Kicillof, adelantó que muchos bonaerenses cambiarán de escuela para votar, dado que que para respetar el distanciamiento por el coronavirus agregaron escuelas. Pero más allá de eso, también se registró la división de un circuito electoral clave en el Sur.
“Pasamos de más o menos de 40 mil mesas en 4600 escuelas, a 6100 escuelas. Un cuarto de los bonaerenses no va a votar donde votó siempre”, adelantó Kicillof en el cierre de campaña del Frente de Todos.
Dentro de La Matanza, la localidad de González Catán está dividida en dos circuitos electorales. En 2017, el mejor momento del macrismo, en el más importante de los dos circuitos, la candidatura al Senado de Cristina Kirchner vestida de “Unidad Ciudadana” sacó el 60,65% (44.024 votos), al tiempo que Cambiemos llegó al 20,58% (14.944).
Folletos en La Matanza. Foto: Lucía Merle.
Dos años más tarde, en la útlima elección y con el Frente Renovador de Sergio Massa dentro del Frente de Todos, se convirtió en una de las diferencias más importantes: el 73,31% (57.977 votos), a 15,31% (12.115 votos) de Juntos por el Cambio.
La diferencia se amplia en Virrey del Pino, otra localidad matancera, donde en 2019 en el circuito de más electores (45 votantes) el Frente de Todos superó el 77% y Juntos alcanzó el 11%. Son diferencias que se replican en otros municipios de la Tercera.
En el circuito del barrio San José, de Almirante Brown, en 2019 para la categoría Intendente Mariano Cascallares, que ahora va de primer diputado provincial por la Tercera, se llevó el 70,55%, mientras que Juntos por el Cambio llegó al 18,18%.
Para esta elección el foco estará en Lomas de Zamora, en especial en el circuito 583. Es el más grande de ese municipio, abarca barrios como Ingeniero Budge, Villa Albertina, Fiorito, Villa Centenario y donde el peronismo suele arrasar.
Cristina Kirchner visitó Lomas de Zamora en agosto. Foto: Andrés D’Elia
En 2017, dentro de ese circuito electoral Unidad Ciudadana sacó el 58,32%, y Cambiemos, 22%. Hace dos años, la diferencia se profundizó: el FdT sacó el 72,83%, contra el 16,44% de Juntos por el Cambio, pero hubo cambios y no por la pandemia.
La Cámara Nacional Electoral (CNE) lo dividió en seis nuevos circuitos más chicos. “En la mayoría de los casos de subdivisión el fundamento principal es que los electores puedan sufragar en cercanía al domicilio declarado en su último DNI. En el caso de Lomas de Zamora este fue el motivo primordial y también las dimensiones del circuito”, explicaron a Clarín desde la CNE.
A partir de la división, algunos opositores se entusiasman en poder identificar con más precisión en qué barrios deberían profundizar la campaña electoral. Pero también aseguran que así se pueden evitar los traslados organizados para acercar a los votantes a las escuelas.
Más allá de la afirmación, no hubo denuncias en la Justicia de ese tipo de que haya ese tipo de traslado a cambio de votos. “En general son cuestiones que no se denuncian porque no se pueden probar”, dice un opositor.
Fernando Espinoza, intendente de La Matanza. Volvió al poder en 2019.
Mas allá de los 15.084 precandidatos a cargos municipales en todo el conurbano, solo en La Matanza hay 27 boletas. Un peronista de La Matanza, que hoy trabaja en una fuerza que no está dentro del Frente de Todos, calcula que necesitan unos 5.000 fiscales para garantizar la elección, otra de las claves.
Un Juntos por el Cambio más peronista
Un sector del peronismo -no necesariamente kirchnerista- desde el año pasado se agrupa bajo el sello “Hacemos”, que mucho atribuyen al consultor Guillermo Seita. Allí aparecen el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, también el de Santa Fe, Omar Perotti, o el senador correntino Camau Espínola.
Máximo Kirchner con Martín Insaurralde, intendente de Lomas de Zamora.
Pero también tiene su pata en el conurbano, especialmente en la Tercera, de la mano de Diego Kravetz, Jefe de Gabinete de Lanús y responsable del área de Seguridad de ese distrito gobernado por Juntos.
El intendente de Lanús, Néstor Grindetti, resistió durante la caída del macrismo en 2019. En 2017 había peronizado su lista al llevar como primera candidata a concejal a Noelia Quindimil, un apellido icónico para el peronismo bonaerense. Es la sobrina nieta de Manuel “Manolo” Quindimil, intendente de Lanús entre 1983 y 2007; y antes había sido elegido en 1973 y echado por la dictadura militar.
“Sí se puede sin el kirchnerismo. Mi experiencia en Lanús y ahora lo que se dio en toda la Tercera es que hay distinguir, y hoy se distingue muy bien, entre el peronismo de Perón, histórico, tradicional del kirchnerismo”, señaló hace pocas semanas Grindetti.
“En la Tercera Sección se ha dado una movida nucleados del nombre ‘Hacemos’, que es todo peronismo distrital, de base, de militancia y hoy integra la alianza Juntos en toda la tercera sección electoral, con muchísima representatividad y muchos precandidatos en los distintos distritos”, agregó en diálogo con radio Continental.
Y concluyó: “Con ese consenso le ganamos en Lanús. Nosotros tenemos a Noelia Quindimil, tenemos concejales de origen peronista y tenemos en el gobierno integrada gente de origen peronista, que de ninguna manera son kirchneristas”.
Otro dirigente de origen peronista que ahora está en Juntos por el Cambio y desde hace años intenta vencer al peronismo en un municipio de la tercera sin éxito, hace una autocrítica. “Cuando gobernamos la Provincia no llegamos lo suficiente desde el Estado y el votante asocia la llegada al peronismo”, asegura y pide reserva de su nombre.
Juan Jose Mussi, intendente de Berazategui, junto a su hijo Patricio, ex jefe comunal.
El “voto bronca” en la Tercera
Antes de la crisis de diciembre de 2001, hubo una elección legislativa que fue conocida como la del “voto bronca” con gran cantidad de votos anulados, en blanco o la baja participación. Solo en La Matanza, el distrito más poblado del país, de los 545 mil votos emitidos, los sufragios blancos y anulados sumaron 110.164 (58.669 anulados y 51.496 blancos), lo que hubiera dado el segundo puesto detrás del PJ, que logró 194.338 votos.
Osvaldo Mercuri junto a Eduardo Duhalde, líderes del peronismo vencedor en 2001.Foto: DYN/Archivo/Tony Gómez
En toda la Tercera Sección Electoral, el PJ cosechó 805.107 votos. Sumó los votos del partido Progreso Social (5.903) y los de Unión del Centro Democrático (91.634). La boleta que encabezó Osvaldo Mercuri a diputado provincial en total contabilizó 902.634, el 46,43%.
El segundo lugar cómodo fue para los votos anulados, que superaron al voto en blanco y también a la Alianza que gobernaba el pais. Fueron 303.610 votos, mientras que el voto en blanco llegó a los 239.546 sufragios, y en el cuarto lugar quedó la Alianza con 223.712 votos.
Manuel “Manolo” Quindimil, en su última elección como intendente en 2007, cuando perdió el poder. Foto: David Fernandez
Fuente Clarin