En su más decidida intervención en Budapest, donde estuvo durante solo siete horas para viajar después a Eslovaquia, el Papa advirtió que “la amenaza del antisemitismo serpentea en Europa” y “es una mecha que hay que apagar” hablando ante los líderes religiosos húngaros.
Se había encontrado poco antes con el primer ministro Viktor Orbán, líder de los soberanistas europeos y hostil a la apertura hacia los inmigrantes, durante 40 minutos. Orbán escribió después en su sitio de Facebook polémicamente que había pedido al pontífice “que no deje perecer a los cristianos húngaros”.
La de Orbán, campeón de los supremacistas nacionalistas de la Unión Europea de 27 países, que están produciendo peligrosas fracturas en el Viejo Continente, fue una verdadera provocación porque la existencia de los cristianos húngaros no están en peligro. Salvo que se acepten las posiciones y acciones de Orbán contra la inmigración proveniente de los países pobres o en guerra.
El encuentro con los líderes religiosos húngaros en el Museo de Bellas Artes fue un encuentro ecuménico en el que habló del resurgimiento de brotes de odio y antisemitismo. Se reunió con los representantes cristianos que representan el 54% de la población, de la cual el 30% son católicos.
El papa Francisco en Budapest. Foto AFP
Francisco les dijo que apreciaba que las diferentes confesiones en Hungría, entre las que se encuentran los luteranos y los calvinistas, “se hayan unido para derribar los muros de separación del pasado”.
Advertencia
Les advirtió que esos muros han sido alzados muchas veces en a historia. “Debemos estar atentos y rezar para que no ocurran, promoviendo una educación para la fraternidad”. Pidió “apagar la mecha” del antisemitismo que serpentea en Europa y en otros lugares.
Las posiciones totalmente enfrentadas entre el Papa y Orbán quedaron de relieve en el mensaje que lanzó Francisco en la misa en la Plaza de los Héroes de Budapest, tras pronunciar el Angelus. Dijo a los húngaros que no se encierren y se abran “a los sedientos de nuestro tiempo”, ante la presencia del primer ministro Viktor Orban.
Hungría es el país europeo que acoge menos refugiados y que realiza más devoluciones de inmigrantes.
El papa Francisco estuvo apenas siete horas en Hungría. Foto AFP
“El sentimiento religioso es la savia de esta nación, tan unida a sus raíces. Pero la cruz plantada en la tierra, además de invitarnos a enraizarnos bien, eleva y extiende sus brazos hacia todos. Exhorto a mantener firmes las raíces, pero sin encerrarse; a recurrir a las fuentes abriéndose abriéndose a los sedientos de nuestro tiempo”.
“Mi deseo”, dijo a los húngaros, “es que sean así: fundamentados y abiertos, arraigados y respetuosos”.
El Papa que viajó a Budapest para clausurar el Congreso Eucarístico Internacional, ha puesto a prueba su estado de salud tras la operación para quitarle 33 centímetros de intestino por una infecciosa diverticulitis que sufrió el 4 de julio. Se lo vió en buen estado e hizo una sola alusión, tras uno de sus discursos: “Disculpen que hablé sentado, no tengo 15 años”.
El encuentro de la comitiva gubernamental en el Museo de Bellas Artes duró 40 minutos. Estaba el presidente Janos Ader y el premier Viktor Orban, que es calvinista protestante, acompañado de su esposa católica.
Sin encuentro
El Vaticano calificó de “cordial” el encuentro con los dirigentes húngaros. “Entre los varios temas tratados se encuentra el papel de la Iglesia en el país, el compromiso con la protección del medio ambiente, la protección y promoción de la familia”.
El Papa no quiso concederle a Orban una audiencia personal como deseaba el jefe del gobierno y no viajó a Hungría en gira apostólica sino para clausurar. el tradicional Congreso Eucarístico Internacional, reduciendo su presencia a unas pocas horas.
El Papa no dejó de aludir a las ideas ultraderechistas de Orbán y su persecución sin contemplaciones de los inmigrantes. Durante el Angelus que rezó tras la misa de clausura del Congreso, al que asistieron75 mil personas, Francisco dijo que “la Cruz es nutrimiento contra la carestía de sentimientos”.
Francisco reclama siempre con insistencia el pedido a los gobiernos que acojan a los refugiados que huyen de la miseria, cualquiera sea su religión.
Pero en Hungría una parte de los fieles católicos de y un nutrido grupo de sacerdotes y obispos, comparten las ideas de Orbán contra los inmigrantes, especialmente los musulmanes.
El Papa visitará cuatro ciudades en Eslovaquia y regresará a Roma el miércoles por la tarde.
PB
Fuente Clarin