España lleva días combatiendo un incendio forestal feroz como nunca antes enfrentó. Las llamas que arden en Sierra Bermeja, el cordón montañoso al suroeste de la provincia de Málaga, en Andalucía, que está considerado un patrimonio natural único, ya quemaron unas 7.800 hectáreas y obligaron la evacuación de seis municipios cuyos vecinos, unas 2.600 personas, aún no saben cuándo van a poder volver a sus casas.
Los expertos lo denominan “de sexta generación” por sus características: la virulencia y la voracidad del fuego que se propaga con dinámicas propias, que pueden superar entre seis y doce veces la velocidad en la que se suele propagar un incendio considerado normal.
Se los considera macroincendios que pueden desencadenar lluvias de fuego. Se los vincula, además, al cambio climático.
Las brigadas forestales, que ya tuvieron que lamentar la muerte de un bombero, Carlos Martínez Haro, de 44 años y con seis de experiencia, nunca se enfrentaron a un incendio como éste.
Las brigadas forestales, que ya tuvieron que lamentar la muerte de un bombero. Foto: AFP
Este lunes, 900 efectivos a los que se sumaron 50 medios aéreos y personal de la Unidad Militar de Emergencias trataban de controlar las llamas que cubren un perímetro de 85 kilómetros.
“No hay descanso en Sierra Bermeja. Siguen luchando palmo a palmo para contener un incendio devastador. Se están dejando hasta el alma por nuestra tierra y la seguridad de los vecinos. Mil veces gracias”, es el mensaje en las redes sociales de Juanma Moreno, el presidente de la Junta de Andalucía, a los integrantes del Servicio de Extinción de Incendios Forestales de su comunidad autonómica.
Según el director del Centro Operativo Regional del Servicio de Extinción, Juan Sánchez, se trata del incendio “más complejo que hemos conocido los servicio de extinción de incendios forestales en los últimos tiempos”.
Bomberos trabajan cerca del pueblo de Jubrique, en Malaga. Foto: AP
Y lamenta las imprecisiones de las predicciones meteorológicas que no les permiten calcular, en base a la velocidad y la dirección del viento, cómo y hacia dónde podrían avanzar las llamas.
Intencional
Se cree que fue originado intencionalmente, al encender una piña sobre un cúmulo de hojarasca. El gobierno andaluz prometió investigar las causas del incendio que se está volviendo incontrolable.
Andrea Duane, investigadora del Centro Tecnológico Forestal de Cataluña, explica que la relación de los incendios de sexta generación con el cambio climático está en que “lo que hace es poner mucho combustible forestal disponible, lo que propicia una alta intensidad de fuego y hace impredecible el comportamiento del incendio, desbordando a los servicios de extinción”.
Este tipo de fuegos pueden provocar llamas de hasta 30 metros de altura y columnas de hasta 14.000 metros de alto.
“Los incendios de sexta generación se vienen observando desde 2016 en Canadá, y se han sucedido en California, Australia o Chile, donde la velocidad de propagación es tremenda. Capaces de alcanzar muchísimos metros en segundos”, dice el secretario general del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales, Raúl de la Calle.
“Son los más violentos y están caracterizados porque pueden tener un comportamiento muy errático, que puede llegar a poner en peligro la seguridad de todo el dispositivo de extinción e incluso de toda la gente que pueda estar allí”, los define Víctor Resco, profesor de Ingeniería Forestal en la Universidad de Lérida.
Este tipo de fuegos pueden provocar llamas de hasta 30 metros de altura y columnas de hasta 14.000 metros de alto. Foto: AP
Para De la Calle, el mejor modo de prevenir incendios como éste es tomar conciencia del cambio climático.
“Que la gente consuma producto de cercanía, porque eso ayuda a fijar población rural que es la que mantiene con su vida cotidiana en buen estado nuestra superficie forestal -opina-. Hay que poner infraestructuras preventivas, sí, pero también hay que recoger la leña de los bosques y tiene que haber ganado en el monte.”
“Es una catástrofe medioambiental, natural, emocional y humana”, dice Miguel Angel Herrera, alcalde de Genalguacil, uno de los seis municipios evacuados.
Madrid. Corresponsal
Fuente Clarin