En medio de la crisis política del Gobierno, el presidente de la Cámara de Diputados Sergio Massa se recluyó junto a su equipo del Frente Renovador (FR) en las oficinas que esa fuerza tiene sobre la avenida Libertador. En completo hermetismo evitó tomar postura, descartó posibilidades de renuncia o asunción en el Gabinete y se dedicó a “tender puentes” para evitar la ruptura de la coalición gobernante.
La convocatoria de su tropa a las oficinas del FR no es casual. Buscó territorio neutro en medio de la confusión y mantener identidad propia. “Lo único que nos importa es parar esto”, insistieron sus laderos.
Massa encabezó el encuentro que empezó temprano en la tarde junto a funcionarios y dirigentes propios que tienen participación en el Gobierno: su esposa y titular de AySA, Malena Galmarini; el ministro de Transporte Alexis Guerrera -que sucedió pocos meses atrás al fallecido, Mario Meoni-; el secretario de Agricultura, Sergio Solmi; el presidente del Enacom, Claudio Ambrosini; el ex diputado y asesor Diego Bossio; la vicepresidenta del bloque del Frente de Todos en Diputados, Cecilia Moreau; y el titular del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE), Ignacio “Vasco” De Mendiguren.
El acto seguido, aseguran, es relanzar el Gobierno. En medio de los autos que entraban y salían de las oficinas, se lo vio también al senador salteño cristinista Sergio “Oso” Leavy.
Ninguno hizo declaraciones.
Pasadas las 16.30, abandonó el edificio de Libertador para ir a su despacho en el primer piso del Congreso. Ahí mantuvo un encuentro con el jefe del bloque del FdT e hijo de la vicepresidenta, Máximo Kirchner, durante poco más de una hora.
Sin anuncios ni declaraciones, Máximo salió de la oficina y cruzó el Salón de Pasos Perdidos del Congreso en camino al Senado, para reunirse con la jefa de la Cámara Alta, Cristina Fernández. Massa volvió a subirse a la traffic gris que lo esperaba abajo y volvió a Libertador.
Los resultados de ese encuentro aún no están a la vista.
Entre el desconcierto surgieron varias versiones que involucraron a Massa. La primera fue que se iba a sumar a la ola de renuncias encabezadas por los ministros y presentar la suya como presidente de Diputados. La otra, que iba a asumir como nuevo jefe de gabinete, lugar que actualmente ocupa Santiago Cafiero, uno de los ministros más cuestionados por el kirchnerismo.
En su entorno descartaron ambas opciones. “Son versiones”, repetían.
Massa ya fue jefe de gabinete, entre 2008 y 2009, durante la primera presidencia de Cristina Kirchner. Pegó el portazo justamente para irse del Gobierno a crear el Frente Renovador.
En su entorno aseguran que ya ocupó ese lugar y no le interesa. Al menos no ahora. Aunque fuentes massistas reconocen que para los cambios que se preveían para después de la elección general de noviembre era una opción.
Pero en este momento aseguran que no hay entrada o salida de nombres al Gabinete que puedan por sí solos salvar la situación. Que la solución primero debe ser política y que para eso, todas las partes deben recomponer diálogo.
Dan a entender que el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta no lo tienen en este momento y que Massa está abocado de lleno a esa tarea.
“Massa esta trabajando para la unidad, trabaja por mantener la paz del espacio, la armonía”, señalaron respondieron a cada consulta. “El único rol que va a tomar es de intermediario entre las partes”, agregaron.
Desde un despacho importante de la Casa Rosada señalaron que “esto lo definen Alberto y Cristina”. “Después que Massa decida que quiere hacer él”, advirtieron.
A principio del día, Massa había participado del lanzamiento del proyecto de hidrocarburos de Alberto Fernández. Posó en la foto junto al Presidente, el ministro de Economía, Martín Guzmán, y el de Producción, Matías Kulfas.
Los massistas aseguran que no le va a “soltar la mano” del Presidente, pero que tampoco van a oponerse a La Cámpora o al kirchnerismo. Insisten en que se tienen que volver a reunir las tres patas de la coalición porque ese es el gobierno que eligió la gente en 2019.
En Diputados este miércoles justo esperaban el ingreso del Presupuesto 2022 que debía enviar el ministro de Economía Martín Guzmán, que al cierre de esta edición no había ingresado, y nadie aseguraba si lo harían.
Fuente Clarin