Por Antonio Maria Delgado
El régimen de Nicolás Maduro emprendió una ofensiva diplomática esta semana para tratar de mejorar su imagen, presentándose como una víctima de Estados Unidos durante la Asamblea General de las Naciones Unidas y ante una cumbre latinoamericana realizada en México.
Pero los esfuerzos se vieron opacados de inmediato por persistentes informes de que el régimen socialista continua inmerso en el narcotráfico y que recurre a la tortura y las violaciones de los derechos humanos para silenciar a sus críticos internos.
Maduro viajó a México el fin de semana para participar en la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) con la esperanza de poner fin al aislamiento al que su régimen ha sido condenado por varias de las principales democracias de la región. La visita fue seguida por un mensaje grabado transmitido durante la Asamblea General de la ONU, donde el gobernante se describió como una víctima del intervencionismo estadounidense y solicitó el fin de las sanciones económicas impuestas contra su gobierno que calificó como “criminales”.
“Lo decimos con la razón y la moral que nos asiste y lo decimos a nombre de 30 millones de venezolanos y venezolanas,” dijo Maduro durante su discurso pregrabado.
Pero gran parte de ese mensaje parece haber caído en oídos sordos. Analistas consultados expresaron dudas de que las palabras del gobernante venezolano haya logrado cambiar significativamente la muy negativa percepción mundial sobre su régimen.
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“El servicio diplomático del régimen está teniendo demasiados inconvenientes para explicar las suposiciones de complicidad con el narcotráfico y el terrorismo internacional”, dijo desde Miami el analista político Alexis Ortiz. “Esto es así porque son demasiado evidentes, y el discurso de Maduro ante la ONU y ante la CELAC no explicaron en nada o brindaron algún tipo de justificación para contrarrestar las acusaciones de éstos actos delictivos”.
Y las acusaciones contra Maduro seguían produciéndose incluso en el mismo momento en que Maduro declaraba su inocencia.
Durante la misma asamblea de la ONU, el presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, advirtió sobre el peligro para la región que representa el incremento de las operaciones venezolanas de narcotráfico al destacar que el 95% de las aeronaves cargadas con droga que aterrizan en su país y en otras naciones centroamericanas provienen de Venezuela.
“En los últimos meses hemos visto — solo en la mitad del año — cómo va Venezuela, de donde sale el 95% de las aeronaves que llegan a nuestro país o a los países vecinos, y desde donde se traslada la droga”, dijo.
Giammattei no responsabilizó al régimen de Caracas directamente de causar esa situación, pero el almirante Craig Faller, jefe del Comando Militar Sur de Estados Unidos, lo hizo desde Brasil, donde se encontraba de visita, al reiterar el jueves que el gobierno venezolano está vinculado al narcotráfico.
“Existen vínculos entre organizaciones criminales trasnacionales y Venezuela, que es un abrigo seguro para el narcotráfico y que estimula el envío de drogas hacia Estados Unidos y otros países”, dijo Faller a periodistas tras una reunión con jefes militares brasileños en Brasilia.
Maduro es acusado por la justicia estadounidense de encabezar una narcodictadura que destruyó la democracia venezolana y sobre su cabeza yace una recompensa de $15 millones por información que conduzca a su captura.
Estados Unidos también ofrece recompensas de $10 millones por más de media docena de funcionarios de su régimen, quienes son acusados de conformar, junto a militares venezolanos y Maduro, el denominado Cartel de Los Soles.
El Departamento de Justicia estadounidense también lleva decenas de juicios contra funcionarios públicos y empresarios vinculados a ellos por corrupción y lavado de dinero bajo la sospecha de que éstos malversaron miles de millones de dólares del estado venezolano.
Y los señalamientos de corrupción y narcotráfico que pesan sobre el régimen también son acompañados por acusaciones recurrentes de que el régimen comete violaciones a los derechos humanos y crímenes de lesa humanidad para permanecer en el poder.
Este tipo de denuncias son reportadas frecuentemente por los medios de comunicación, como sucedió el miércoles cuando la abogada y activista venezolana Ana Leonor denunció un “incremento en las torturas hacia mujeres detenidas por razones políticas”.
“Desde la Coalición por los Derechos Humanos y la Democracia, estamos denunciando que la violencia de género es una forma de tortura. Hemos observado cómo en Venezuela se ha visto últimamente un incremento en las torturas hacia mujeres detenidas por razones políticas”, dijo en un audio difundido por la oposición en sus redes sociales.
“Las mujeres en Venezuela no escapan de las arbitrariedades del Gobierno de Nicolás Maduro y son, posiblemente, las más afectadas en su psique o su integridad personal, ya que son vejadas por los torturadores y este vejamen tiene un mayor impacto psicológico en las mujeres que en los hombres”, sostuvo.
La semana pasada, una misión de las Naciones Unidas declaró que no solo el régimen de Maduro tiene responsabilidad directa en las violaciones de los derechos humanos, sino que el régimen trastornó al sistema judicial hasta el extremo de convertirlo en cómplice y en actor directo en esas injusticias.
El analista y economista venezolano Francisco Acosta dijo que aún cuando las denuncias contra el régimen han estado acumulándose con el correr de los años, Maduro ha demostrado que puede sobrevivir en el poder incluso con el permanente rechazo y condena de la comunidad internacional.
Aún así, el régimen ha estado tratando de mejorar su imágen para tratar de poner fin al periodo de sanciones al que ha sido sometido en los últimos años.
“Buscan esa buena voluntad de la comunidad internacional para conseguir que las cosas sean más fáciles o al menos menos difíciles en el escenario internacional”, comentó Acosta desde Miami. “Pero el régimen de Maduro ya está consolidado en el poder y ha demostrado que puede sobrevivir sin esa comunidad internacional”.
Fuente El Nuevo Herald