El tamaño de la derrota electoral que sufrió el Gobierno nacional hace pensar a los analistas qué efecto tendrá el cimbronazo en las urnas en la dirección de la política económica, en medio de la restricción presupuestaria y de financiamiento, la negociación en marcha con el FMI, el delicado equilibrio cambiario, la inflación persistente y a horas de la presentación de un nuevo presupuesto ya cerrado que marcará el ritmo de la gestión de los próximos meses.
Los economistas consultados por Infobae se dividen entre los que creen que un resultado de estas características en las PASO habilitará al Poder Ejecutivo a tomar medidas más “radicalizadas” en términos económicos heterodoxos, entendidos como un relajamiento fiscal que haga expandir el gasto, tras una primera mitad del año en que el Ministerio de Economía “se sentó” sobre la caja; y otro grupo que considera que, por el contrario, la Casa Rosada buscará dar otro tipo de señales como una aceleración de las conversaciones con el Fondo Monetario para tener un acuerdo lo antes posible que le permita “alinear expectativas” del sector privado y dar un sentido de certidumbre sobre las políticas económicas y algunos indicadores clave para los próximos años.El tamaño de la derrota electoral que sufrió el Gobierno nacional hace pensar a los analistas qué efecto tendrá el cimbronazo en las urnas en la dirección de la política económica
“El voto castigo tiene un peso importante y creo que el Gobierno va a profundizar medidas en sectores informales de la Provincia de Buenos Aires con más gasto fiscal, en estos meses de acá al 14 de noviembre el déficit seguramente crezca como se preveía y terminará en la zona de 3 o 3,5 del Producto Bruto”, opinó Ricardo Delgado, de la consultora Analytica.
En ese sentido, explicó que “el consumo se debería mover algo. En los sectores formales con paritarias, van a competir esos salarios con una inflación por debajo del 3 por ciento. La variable clave para sostener esta estrataegia es el dólar. Hasta el 14 de noviembre vamos a ver volatilidad en los mercados, pero no veo un evento de mega devaluación llevada a cabo por los mercados. El BCRA tiene instrumentos a mano, algunos muy toscos como restringir dólares para importaciones”, mencionó.
El director de Analytica dijo que “hay dos elementos que pueden balizar la economía. Uno es el acuerdo con el Fondo, acelerar esta negociación. No creo antes de noviembre pero si da una señal más contundente, puede alinear expectativas del sector privado. Y esta semana presenta el Presupuesto, vamos a ver cuál es la mirada oficial del 2022 y cómo piensan llegar hasta ahí”, afirmó.
Por último, aseguró que no ve que con este resultado en las PASO dé lugar a “una radicalización del Gobierno, ni del cepo, no hay financiamiento para una opción extrema como ‘ir por todo’. El ajuste fiscal que se hizo hasta julio muestra que el oficialismo entiende cuáles son sus límites que son estrechos. Tenemos dos meses importantes de vencimientos en pesos, últimamente se refinancia con cierta dificultad y acelerar la emisión con una brecha en 80% es técnicamente suicida”, concluyó.
Para el economista de Invecq Santiago Bulat, “la presión al dólar va a depender de qué decida hacer el Gobierno a partir de ahora. Si la decisión es poner más plata en el bolsillo a costa de un mayor déficit, la presión sobre el dólar va a ser mayor, no creo que vaya hacia una baja”, mencionó.Otros creen, por su parte, que por el contrario la Casa Rosada buscará dar otro tipo de señales como una aceleración de las conversaciones con el Fondo Monetario para tener un acuerdo lo antes posible que le permita “alinear expectativas”
“Dudo que el Gobierno no haga cambios en su politica económica. En 2019 al entonces oficialismo le fue mal en las PASO y hubo acciones para aliviar el peso de los alimentos en el bolsillo, por ejemplo. El Gobierno no se va a quedar de brazos cruzados, van a tratar de mejorar el clima con la gente. No sé de qué forma se va a traducir, pero imagino medidas tendientes a aliviar el bosilllo, dudo que sean de carácter ortodoxo, sino profundizando algunas”, completó.
Para la economista jefa de Equilibra, Lorena Giorgio, “un resultado que no está alineado con las expectativas del oficialismo podría llevar a dos caminos totalmente contrapuestos: una aceleración en las negociaciones con el Fondo o un cambio total de rumbo que lleve a una radicalización de la pata más populista de la coalición de gobierno”, explicó.
“Que camino se tome dependerá exclusivamente de la política y de qué ocurra con el gabinete. Si el presidente no relega poder, es muy probable que veamos un rápido acuerdo, anunciado antes de fin de año y cerrado hacia principios de 2022. Pero si el presidente queda diezmado, no contará con el consenso político para acordar, con las implicancias que tendrá el programa con el Fondo en términos de ajustes y reformas estructurales”, agregó Giorgio.
En tanto, Federico Moll, director de Ecolatina, consideró que “los números no son los que el oficialismo esperaba y eso genera incertidumbre respecto a la política económica de los próximos meses. Si la lectura es que el mal resultado es fruto de las políticas de austeridad fiscal que se llevaron adelante es razonable creer que se vaya a priorizar el frente político por sobre el económico y decidan implementar una política fiscal más expansiva”, explicó.
“El efecto que un mayor gasto puede tener sobre el mercado cambiario es claro: mayor brecha y mayores complicaciones para acceder al mercado formal. Van a ser meses en los que la tensión que hay entre mejorar la performance electoral y cuidar la poca estabilidad macroeconómica que queda va a ser más clara que nunca”, concluyó.“El voto castigo tiene un peso importante y creo que el Gobierno va a profundizar medidas en sectores informales de la Provincia de Buenos Aires con más gasto fiscal” (Delgado)
Para el economista Rodrigo Álvarez, “la victoria de la oposición puede generar un entusiasmo de corto plazo en los mercados financieros, en algunos activos y en alguna descompresión del tipo de cambio paralelo, pero de ninguna forma tiene que ser visto como algo definitivo. Faltan dos años y si no se encaran ciertas correcciones ese optimismo va a desaparecer muy rápido”, advirtió.
“El Gobierno más allá del resultado de las elecciones va a tener que hacer correcciones importantes de cara a al acuerdo con el FMI, que principalmente pasan por tres cuestiones: una es el ordenamiento de los precios relativos, en segundo lugar el proceso de consolidación fiscal y tercero la brecha del tipo de cambio”, enumeró.
“La economía argentina no puede crecer con una brecha cambiaria de 80 por ciento. Estas cuestiones después de diciembre van a tener que ser atacadas. El gobierno va a tener que analizar el rumbo. Todos descontamos el acuerdo con el Fondo pero no la profundidad de las correcciones y de eso va a depender el potencial de crecimiento de los próximos años”, completó.
Un informe reciente de la consultora LCG había asegurado que “un mal resultado del oficialismo en las PASO obligará a hacer un cambio de actitud. Ese cambio de actitud puede venir en distintas formas: reforma de gabinete, cambios en la política económica, llamado al diálogo o radicalización, etc. Estos cambios no están claros y deberán cristalizarse a partir de la próxima semana”.“El Gobierno no se va a quedar de brazos cruzados, van a tratar de mejorar el clima con la gente. No sé de qué forma se va a traducir, pero imagino medidas tendientes a aliviar el bosilllo, dudo que sean de carácter ortodoxo” (Bulat)
“No vemos que el Tesoro, bajo un escenario adverso, intente reanimar fuertemente la economía de cara a noviembre, podrá ofrecer más incentivos para impulsar el consumo, pero seguirá siendo algo ´controlado´. El plazo es muy corto y el riesgo de inestabilidad cambiaria supera al beneficio que pueda tener en la actividad. El dólar difícilmente retroceda con fuerza”, anticipó esa consultora.
Un reporte de Morgan Stanley antes de las elecciones había aseverado que una eventual derrota del oficialismo no desencadenaría políticas más heterodoxas aunque sí algunos cambios en el gabinete.
“No estamos de acuerdo con los que esperan que una eventual derrota de la coalición gobernante (si se produce) sea el desencadenante potencial de una profundización significativa de la combinación de políticas poco ortodoxas. Aunque los cambios de gabinete en ese escenario son muy probables, seguimos pensando que los desequilibrios macroeconómicos harían muy difícil un giro significativo hacia políticas menos ortodoxas”, agregó el informe.
Fuente Mendoza Today