Por Guillermo Tiscornia*
El Ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación –doctor Ricardo Lorenzetti- hizo un reciente vuelo rasante por la señal América 24 ( Luis Novaresio) enarbolando un discurso acompañado de un atractivo tono doctoral y academicista, no exento de cierto sesgo profesoral.
Ahora bien confrontado con los hechos y a partir de la evidencia empírica rápidamente se delata que esa extensa perorata discursiva remite a un discurso deletéreo, hueco, carente de toda sustancia y lo que es peor aun huérfano de todo rigor de objetiva verdad.
Lorenzetti pretende desmentir a una figura de la talla de Alexander Hamilton ( “ El Federalista”), cuando éste –y hace mas de ciento cincuenta años- alertaba hacia la sistémica intromisión del factor político sobre la actividad judicial.
Y pretende, asimismo, desmentir al ensayista francés Jean Claude de Gillebaud (“La traición a la ilusión”), cuando éste –en sintonía con Hamilton- describe idéntica problemática suscitada en Francia.
Y la retórica discursiva del doctor Lorenzetti delata su propia hipocresía y para muestra basta un botón.
Por cierto, la Corte Federal Argentina se vio forzada a retroceder en chancletas cuando ni bien conocido el fallo recaído en el caso “Muiña” ( aplicación de la denominada ley del dos por uno) en menos de cuarenta y ocho horas borró con el codo aquello que hubo escrito con la mano, a poco que organizaciones de derechos humanos endogámicas ( que corren por izquierda) salieran en alta voz a denostar a los ministros cortesanos.
Y la misma Corte Federal tiene cajoneado, en clara actitud especulativa, un planteo de inconstitucionalidad referido a una reforma introducida en el transcurso del año 2006 y referida a la composición del Consejo de la Magistratura.
Y ni que hablar de la indisimulable permeabilidad del Alto Tribunal a los lobbies de las poderosas corporaciones tabacaleras, el cual dio un fructífero resultado para sus intereses a partir de la definición del caso referido a un planteo cautelar articulado por la Tabacalera Sarandí.
Y otra muestra referida ( serían interminables los botones) al cálculo político está delatado en este caso por la decisión del Alto Tribunal que dio lugar a una inexistente y forzada convergencia de una “cuestión federal” a partir de la cual el Alto Tribunal revocó un auto de falta de mérito respecto del señor Carlos Pedro Blaquier.
Pero hay muchos mas botones; por cierto a partir de un claro raid prevaricador la Corte Federal borró con el codo aquello que supo escribir con la mano; y me refiero a la escandalosa decisión a partir de la cual deslegitimó la validez de un traslado a su turno convalidado por el propio Alto Tribunal respecto de los jueces doctores Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi ( idem en el caso del magistrado doctor Germán Castelli).
Todo lo cual dio lugar a que dos de los tres magistrados ya radicaran la correspondiente denuncia ante la Comisión Americana de Derechos Humanos, la cual se encuentra a la fecha en pleno trámite.
Bien lo hubo señalado la ensayista Beatriz Sarlo cuando –en agudo análisis- dijo que en la Argentina los casos en que se ven involucrados sensibles intereses políticos el sentido de los fallos judiciales no se dirimen a partir de criterios de imparcialidad ni tampoco en función del principio de igualdad ante la ley.
Todo dependerá, agregó Beatriz Sarlo, de cual sea la relación de fuerzas en el espectro político; así la ensayista delata a un Poder Judicial de claro sesgo corporativista, principista y cesarista.
Doctor Lorenzetti su atractivo tono doctoral y academicista ( enancado en una auto arrogada poltrona profesoral) no alcanza a desmentir acerca de la incontrovertible responsabilidad institucional del Alto Tribunal derivada de su pésima praxis jurisdiccional a partir de la cual se dio lugar a múltiples declaraciones de responsabilidad internacional del Estado Argentino ante el sistema interamericano de derechos humanos ( por caso, “ Cantos”. “ Bayarri”, “ “ Bulacio”, “ Espósito”, “ Derecho”, “ Mohamed”, “ Posadas” “ Kimel”, “ Fontevecchia”, “Dámico”, “ Jenkins”, “ Romero Feris”, “ Fernández Prieto”, “ Pontoriero”, etc. CIDH).
*Ex Juez Federal Penal Económico