Sacerdotes y religiosos abusaron de 216.000 menores entre 1950 y 2020, si bien la cifra ascendería a 330.000 si se tiene en cuenta a los laicos que trabajaron en instituciones religiosas, apunta la Comisión Independiente sobre los Abusos Sexuales en la Iglesia (Ciase).
Hasta inicios de 2000, la Iglesia católica francesa mostró una “cruel indiferencia” con las víctimas de estos abusos que tuvieron un “carácter sistémico”, subrayó durante la presentación del informe el presidente de la Ciase, el exalto funcionario Jean-Marc Sauvé.
Este católico practicante de 72 años entregó el informe de más de 2.000 páginas, “una pesada carga tanto en el sentido literal como figurado”, a la Conferencia Episcopal (CEF) y a la Conferencia de Religiosos y Religiosas de Francia (Corref), que lo encargaron.
La respuesta del episcopado no se hizo esperar. “Mi deseo en el día de hoy es pedirles perdón”, dijo el presidente de la CEF, monseñor Éric de Moulins-Beaufort, que expresó su “vergüenza” y “determinación a actuar” con las víctimas.
Francia no es un caso aislado. Al menos 3.677 niños fueron víctimas de abusos de religiosos en Alemania entre 1946 y 2014, según un informe de 2018, y, según abogados independientes, se presentaron en Estados Unidos más de 11.000 denuncias.
Otros escándalos estallaron en Chile, Canadá o Australia. En abril, expertos mandatados por la ONU, pero que no hablan en su nombre, pidieron al papa Francisco que actúe y expresaron su “gran preocupación” por las numerosas acusaciones.
El pontífice argentino ha convertido sin embargo la lucha contra las agresiones sexuales, conductas que hacen del clero un “instrumento de Satán”, en una de sus prioridades y publicó en 2020 un manual para gestionar denuncias en la Iglesia católica.
– “Regresan del infierno” –
Los 22 miembros de la Ciase iniciaron sus trabajos en febrero de 2019 tras una serie de escándalos, como el del sacerdote Bernard Preynat, condenado en 2020 a cinco años de prisión por abusos en los años 70 y 80 y cuyo caso inspiró el premiado film “Grâce à Dieu” (Gracias a Dios), de François Ozon.
“Ustedes, miembros de la comisión, regresan del infierno”, dijo durante la presentación François Devaux, fundador de La Parole Libérée, una antigua asociación de víctimas que en 2016 denunció el caso de Preynat y la inacción de cardenal Philippe Barbarin.
Las primeras cifras avanzadas ya dieron muestra del horror. De los 115.000 sacerdotes o religiosos hombres censados en los últimos 70 años en Francia, hubo “entre 2.900 y 3.200 pederastas”, dijo el domingo a la AFP Sauvé, precisando que era una “estimación mínima”.
Además de evaluar el alcance de los hechos, los expertos (abogados, teólogos, psicólogos, historiadores,…) evaluaron la respuesta de la Iglesia y formularon 45 propuestas para reconocer el dolor de las víctimas, evitar otros casos y reformar el derecho canónico.
“Quiero que la Iglesia reconozca esa extrema violencia”, que dé nuevas directrices a los clérigos, pero, sobre todo, que “no pase página”, les había dicho Jean-Marie, un hombre de 82 años que fue víctima de abusos por religiosos en su infancia.
La Ciase pide así a la Iglesia que reconozca su responsabilidad “sistémica”, que ponga en marcha ceremonias públicas para honrar a las víctimas y que deje claro que el secreto de confesión no cubre esos delitos, que deben ser denunciados a la justicia.
Otras de las recomendaciones es indemnizar a las víctimas por los “daños sufridos”, pero con el patrimonio de los agresores o de la Iglesia y no con aportaciones de los fieles. “Ustedes deben pagar por todos estos crímenes”, les urgió François Devaux.
Los hechos ya están prescritos en su mayoría y sus autores ya fallecieron, por lo que es improbable un recurso a la justicia. El episcopado francés ya prometió para 2022 indemnizaciones financieras, algo que no suscita unanimidad entre las víctimas.
El informe será examinado de cerca en El Vaticano. El papa Francisco, que debe tener una audiencia privada el 18 de octubre con el primer ministro francés Jean Castex según el diario La Croix, ya abordó la cuestión con obispos franceses en septiembre.
Fuente Diario HOY