Por Silvia Guzmán Coraita
El malestar mental no está solo en nuestra cabeza
Un país que se encuentra estancado cuando tiene todas las posibilidades a su alcance, y no ve como tanto malestar puede afectar su salud mental, angustia.
Argentina está diagnosticada pero no está siendo tratada. No es posible resolver problemas de salud y bienestar con los políticos de siempre en la dirección de un país. El kirchnerismo ha gobernado 16 de los últimos 20 años.Y fueron los máximos responsables de la decadencia que hoy se está viviendo. Ellos continúan con la idea de una política, a mi parecer, muy vieja y que está llegando a su fin. Continúan apostando con dádivas para contentar temporalmente a los ciudadanos. Claramente, corremos el peligro de perder la vida democrática en Argentina.
Tanto la búsqueda por la prosperidad como la salud mental están quedando de lado. Por eso, es importante que toda la ciudadanía tome nota no solo de que debe cuidarse y pensar en su bienestar para contribuir en la construcción de una sociedad más sana sino que ahora el momento de elegir ese candidato que gobernará pensando en el bien común.
Hace unos días, la Organización Mundial de la Salud (OMS) dio a conocer su “Atlas de la salud mental”, un informe que muestra una importante deuda en materia de cuidado psicológico y psiquiátrico. El reporte indica que en 2020 solo el 52 por ciento de los 171 países miembros lograron sus objetivos de promoción y prevención en salud mental.
Existen estudios que han detectado que la depresión se vincula con la ansiedad y el asma. Ambos padecimientos están relacionados con problemas cardíacos, de vista, tos constante, hipertensión y problemas gastrointestinales. “Una enfermedad mental que no se trata puede aumentar de manera significativa y se debe tratar igual que se trata la vacunación”, anunció en una entrevista el doctor Facundo Manes.
Algunas personas viven un estrés constante y no pueden dormir, otras sufren de tanta ansiedad que aprietan la mandíbula hasta que, sin querer, rompen sus dientes. Todos, en algún momento creen sentirse bien pero —sin ánimo y sin entusiasmo—, en realidad están lánguidos.
¿Podremos construir una sociedad mejor si vivimos lánguidamente? ¿Podremos votar con consciencia si vivimos lánguidamente?
Las decisiones que toman quienes nos representan y están al mando del país tienen sus consecuencias sobre nosotros. Los dirigentes que tenemos hoy en día no ayudan a nuestro bienestar y paz mental, todo lo contrario generan enojo, desalientan, estamos rodeados de un clima de hostilidad, de mentiras y eso nos genera aún más angustia e intranquilidad, que aumenta el malestar mental.
“Cómo los líderes comunican, influye mucho en nuestro bienestar”. En ese sentido, el neurocientífico Facundo Manes sentenció: “Hay que comunicar de manera honesta, decir que no se sabe cuando no se sabe, con perspectiva, horizonte, aunque uno después entienda que puede cambiar esa dinámica, pensando en el bien común. La sociedad que se está empobreciendo, no puede pensar que los líderes están pensando en su propio destino o mezquindad, la sociedad tienen que pensar que los servidores públicos están pensando en el bien común”, dijo Manes en el ciclo de vivos de Instagram de El Cronista.