IoT es una de las cinco tecnologías, que para el responsable de tecnología de GlobalLogic para América latina, Gabriel Arango, no sólo impacta en el presente sino que tiene un fuerte potencial para el futuro mediato.
El experto vinculó IoT (internet de las cosas por sus siglas en inglés) con una de las tecnologías que en Argentina está en fase de pruebas: la tecnología de comunicación 5G que “está mejorando las comunicaciones inalámbricas e integrando cada vez más usuarios y dispositivos”, aseveró.
“El 5G es un pilar fundamental para el desarrollo del Internet de las cosas (IoT) y su impacto es múltiple, dado que una mejora en las comunicaciones permitirá videollamadas más eficientes, de mejor calidad y seguras en tiempo real, hasta juegos de alta calidad sin necesidad de instalación y en dispositivos móviles, entre otras cosas”, agregó.
Otra tecnología de fuerte impacto presente es el Big Data & Machine Learning, especialmente en el ambiente corporativo, donde tener herramientas para canalizar la cantidad de información y datos que se generan es relevante.
La realidad aumentada ya rompió el cerco de la industria del juego y su uso se extendió a la educación, la capacitación de profesionales, el entrenamiento físico y más recientemente al mundo de las ventas minoristas con aplicaciones que permiten a los consumidores probarse un vestido o un traje en forma virtual, o sacar una foto del living y ver virtualmente cómo queda el sillón que está pensando comprar.
La quinta tecnología es el blockchain, identificada como disruptiva, y es la cadena de bloques que está detrás de las monedas virtuales como el bitcoin y que, según los expertos, “promete extenderse a otros ámbitos” aparte del financiero.
Para Arango, “el impacto de esta tecnología está en pleno descubrimiento, pero ya está revolucionando los mercados financieros y las transferencias de valor internacionales”.
Las tecnologías, con todas sus mejoras, conllevan un “factor de riesgo en la seguridad de la información”, alertó Arango, para quien “hoy estamos todos un poco más expuestos a ciberdelitos” y la “falta de acceso a estas tecnologías sigue profundizando las desigualdades”.
Fuente Ambito