
El territorio fue elegido durante la COP26 en Glasgow, la semana pasada, para organizar la próxima conferencia del clima. Una “elección increíblemente mala”, según Joe Stork, director adjunto del departamento de Oriente Medio de HRW.
Los países participantes en la próxima cumbre climática “deben presionar a Egipto para que libere a las miles de personas encarceladas por el mero hecho de ejercer su libertad de expresión y su derecho de reunión”, dijo la organización en un comunicado.
Un ejemplo citado es el de Ahmed Amacha, director de la Asociación Árabe para el Medio Ambiente y el Desarrollo Sostenible, detenido desde 2020.
HRW también subrayó que durante el evento próximo que tendrá lugar en la ciudad balnearia de Sharm el-Sheij en el mar Rojo, no se podrán llevar a cabo manifestaciones, como ocurre habitualmente. Este escenario será así porque las protestas están prohibidas en Egipto desde 2013.
Desde su llegada al poder ese mismo año, Al Sisi reprime el conjunto de la oposición, y la sociedad civil también es blanco de ataques.
A pesar de las violaciones a los derechos humanos, el país pudo acoger en 2018 la COP14 sobre biodiversidad, también en Sharm el-Sheij.
El sábado, tras dos semanas de intensas negociaciones, unos 200 países adoptaron un texto considerado tibio y destinado a acelerar la lucha contra el aumento de las temperaturas, pero que no garantiza contener el calentamiento a 1,5°C respecto a la era preindustrial.
Fuente Ambito