
Periodista: ¿Habrá algo de presencia internacional?
Daniel Maron: Normalmente la hay pero esta edición está bastante acotada por los viajes y los efectos de la pandemia. Esto provocó que todas las ferias trabajaran distinto. Los costos también influyeron: a nosotros nos visitaban todos del cines de Uruguay, de Paraguay, tanto exhibidores como distribuidores, y eso está disminuido. Después, por una cuestión de política internacional que tiene Disney de no participar en ningún evento, tampoco lo hará en Vista, aunque sí se presentan majors nacionales, como Patagonik, que hará el screening de su gran título de enero, y vendran otras majors internacionales, Warner, Universal, Paramount y Sony. También habrá otra distribuidora nacional de peso, Impacto, que tiene muchas novedades de cine francés.
P.: En Vista se cerraron siempre buenos negocios. ¿Cómo está la situación ahora con el tema de las importaciones?
D.M.: Antes de la pandemia, empresas grandes del país y del exterior o bien cerraron negocios acá, o los iniciaron y concluyeron más tarde. Empresas como Barco, Dolby, de proyección, de sonido, son firmas que siempre estuvieron presentes, más allá de que ahora esté trabada la importación. Pero en fin, para mí eso no es novedad. Estoy acostumbrado, pero se hace cuesta arriba armar un evento internacional, que tiene que ser seductor, para que las firmas y los productores vengan a presentar sus novedades, y después todo se vuelva complicado al momento de hacer las operaciones. En la época de la digitalización fue realmente complicado importar proyectores nuevos, porque los de celuloide obviamente habían quedado obsoletos.
P.: Es como mostrar el folleto y no poder vender el producto.
D. M.: Bueno, por eso ese año no hay feria sino encuentro, sólo streaming, no sólo porque no se pueda importar el producto, porque a veces hay muestra del producto igual, sino porque después de la pandemia no teníamos aún la certeza de poder hacerlo. Hace apenas cuatro meses estaban las restricciones sanitarias y no sabíamos cómo íbamos a estar a fin de año; y en segundo lugar, por las restricciones del bolsillo: la economía quedó muy golpeada, sobre todo en el lado del cine.
P.: La semana pasada publicamos un reportaje a Pablo Galli de Patagonik, desde Mar del Plata, donde decía que así como la gente había vuelto al teatro, todavía no lo había hecho al cine. Y que si bien ellos tienen espalda para guardar películas de alta producción por un tiempo, tampoco pueden hacerlo indefinidamente porque se vencen, como si fuera un alimento.. Por eso o bien estrenan igual, a pérdida, o bien van a plataforma.
D.M.: El cine jamás será sustituido por quedarse en casa, pero las cosas cambiaron. Es absurdo seguir haciendo el cálculo de la familia tipo de clase media que va al cine, a comer afuera, que compra candy y hasta que paga estacionamiento. Eso ya no existe más. Hoy todo el mundo busca el día del descuento, el cuponcito del 2×1, etc. Pensar de la otra forma es anticuado. Mucha de la gente que iba al cine, gente mayor, todavía está asustada por la pandemia, y porque en muchos casos están en economia de guerra. A mí que no me cuenten que la plataforma mata al cine porque no es así. Veamos un streaming como Disney +, que a lo sumo tiene un estreno por semana. ¿Eso mata a cine? Y las plataformas, a medida que las condiciones sanitarias mejoran, han caído. Y también hay un hartazgo.
P.:¿Vista nunca incluyó producto para plataformas, dispositivos?
D.M.: No, es todo para el cine. Es casi una discusión ética que tuvimos con muchos. Yo me niego a que las plataformas participen de Vista, salvo que también estrenen en cine, como Netflix.
P.: Es la misma posición de Cannes.
D.M.: Es ponernos del lado dei distribuidor. Si alguien sale en simultáneo y lo cobra, está bien. Pero si es gratis en la plataforma es matar al distribuidor.
P.: Este año Vista concide físicamente con Ventana Sur, el gran mercado del cine que organiza el Incaa.
D.M.: Sí, hace tiempo veníamos hablando con Bernardo Bergeret para hacerlo juntos. Ellos se trasladaron del CCK al Cinemark de Puerto Madero, y desde luego hay sinergia. Ventana Sur es un mercado enorme, aunque también está restringido como está todo, a nivel global
P. :¿Qué es lo que viene? Una vez que se terminó el celuloide vino el digital, el 4K ¿y después?
D.M.: Primero vamos a tener una impasse antes que una novedad. Un tiempo donde se van a utilizar las tecnologías que todavía no se utilizan. Porque son dos caminos divergentes: si bien la tecnología nunca deja de evolucionar, la industria está golpeada como para invertir dinero en nuevos aparatos, en nuevas sensaciones audiovisuales. La cinematografía nunca fue un rubro que se moviera vertiginosamente: tuvimos el mismo proyector cien años. Sí puede ser que muchas salas hagan innovaciones sobre lo que no tenían, mejorar el sonido, la butaca, pero con la tecnología actual. En este momento, hacer una revolución tecnológica que obligue a los cines, como fue la digitalización, no lo veo viable si no es a través de un sistema de leasing, que alguien lo financie. Hubo un proyecto así antes de la pandemia con los proyectores, pero quedó en la nada por la pandemia. Recordemos que la Argentina fue el último país del mundo en sumarse a la digitalización, En el exterior hay proyectores que ya tienen 20 años, acá ninguno. Todos tienen la mitad o un poquito más porque acá la digitalización empezó en 2009, con el estreno de “Avatar”, que fue la primera que se proyectó digitalmente.