
Por otra parte, Spagnesi fue acusado de intento de lesiones graves. En detalle, se lo señaló de haber escondido ser portador de enfermedades de transmisión sexual a sus múltiples parejas, con las que tuvo sexo sin protección durante las orgías que organizaba en la iglesia.
Además, se le imputaron cargos de narcomenudeo, tráfico y desfalco.
Alessio Regina, compañero sentimental, también negoció una pena de 3 años y 2 meses de prisión. En este caso, los cargos en contra giran en torno a la compra y venta de drogas ilegales.
Según el magistrado Giuseppe Nicolosi, de la Fiscalía de Prato, ambos hombres compraban cocaína y GBL, un narcótico conocido como “droga de la violanción” en Países Bajos con dinero que sacaban de la Curia y las usaban para organizar fiestas que convocaban a través de Internet y en las que participaron hasta 200 personas.
En una confesión previa a la Fiscalía de Prato, el ex sacerdote dijo que regularmente reunía entre 20 y 30 personas. Entre ellas, dos declararon que son seropositivas.
Spagnesi reconoció que sabía que tenía VIH pero esto no le impidió seguir teniendo relaciones sexuales sin protección con diversas personas, por lo cual ahora se lo señala de haber contagiado deliberadamente a quienes asistían a los eventos.
Aunque aclaró que todas las relaciones habían sido consentidas y protegidas, por lo menos 15 testigos escuchados por la Fiscalía desmintieron esta afirmación.
Según indicaron las autoridades, estas fiestas habrían estado sucediendo por lo menos desde 2019, cuando comenzaron las importaciones ilegales de droga desde Países Bajos.
El dinero robado a la Curia superó los 200 mil euros, mientras que los movimientos irregulares en la cuenta de la parroquia llevaron al clérigo a ser suspendido y eventualmente retirado de la iglesia.
Es probable que Francesco Spagnesi cumpla su condena en los servicios sociales y con una estancia en una comunidad terapéutica para tratar su adicción a las drogas. También se prevé un proceso canónico para establecer su camino dentro de la Iglesia.
En la actualidad, la Diócesis de Prato decidió sacarlo de la parroquia y suspenderlo de sus funciones como sacerdote.
Fuente Ambito