
Primer éxito
En 1972 dirigió su primera sátira de éxito mundial, “Mimí metalúrgico herido en el honor”, con Giancarlo Giannini y Mariangela Melato, dos años más tarde la también satírica “Insólito destino” (“Travolti da un insolito destino nell’azzurro mare d’agosto”), con la misma pareja (ella era una aristócrata que naufragaba en una isla desierta con el proletario Ginannini, encargado de la nave: esta film estuvo prohibido por la censura de Tato y estrenado recién den 1983), y en 1976 su obra magna, espantosa y fascinante, “Pasqualino Settebellezze”, con Giannini, Fernando Rey y la imponente Shirley Stoler como jefa de un campo de concentración. A partir de allí, sin detenerse, Wertmuller siguió escribiendo y dirigiendo películas, obras de teatro, televisión y radioteatro, siempre con ánimo satírico, punzando en los defectos de la sociedad Italiana. Para anotar también “En una noche de claro de luna” (1989), con Rutger Hauer, Nastassja Kinski, Dominique Sanda, Peter O’Toole y Faye Dunaway, una de las primeras películas que trató de manera directa el tema del SIDA.
Hizo también la régie de operas como “Carmen”, escribió un par de libros semibiográficos, formó una familia con su escenógrafo Enrico Job, y recibió los consabidos Premios a la Trayectoria, desde el David de la Academia del Cine Italiano al Oscar de la Academia de Hollywood que le entregaron con especial agradecimiento sus colegas Greta Gerwig y Jane Campion.
Enérgica, divertida, de cabello siempre corto y anteojos de marco blanco, su nombre completo era Arcangela Felice Assunta Wertmuller von Elgg Spanol von Braueich, por todo lo cual prefirió llamarse simplemente Lina. Pero a veces dejaba asomar su gustito por los títulos largos. Por ejemplo, el título completo de la comedia “Amor y anarquía” es “Film de amor y anarquía, ó Esta mañana a las 10 en calle dei Fiore en la conocida casa de tolerancia”. Y el de su primer libro, “Ser o tener, pero para ser debo tener la cabeza de Alvise en un plato de plata”. Más breve y curioso, el de su segundo libro: “Hubiera querido un tío exhibicionista”.