
Sobre ese mito vigente, el hotel de Salto convirtió en atractivo turístico el paso de Gardel por su habitación 32 entre el 23 y el 25 de octubre de 1933 donde cuelgan tres sombreros, fotos, afiches, discos de pasta y otros recuerdos del “Zorzal Criollo”, además de conservar el detalle de los extras por los que pagó entonces: cinco whiskys, varias aguas y una botella y media de vino.
Gardel, por cuya fecha de nacimiento hoy se celebra el Día Nacional del Tango en Argentina, llegó a Buenos Aires junto a su madre Marie Berthe Gardes cuando tenía dos años y tres meses.
A lo largo de vida, truncada tempranamente el 24 de junio de 1935 por un choque entre dos aviones al momento del despegue en el aeropuerto Olaya Herrera de Medellín, Gardel grabó a lo largo de su vida más de 900 canciones.
Norberto Chab, periodista e investigador gardeliano, destacó a Télam al cumplirse 85 años de su trágica muerte, las muchas innovaciones que el “Morocho del Abasto” legó a la cultura popular rioplatense.
“Fue el primero que se lanza a cantar el tango-canción como un género que hasta entonces (1917) no tenía un límite claro. Utiliza tres y luego cuatro guitarras en su acompañamiento; filma una serie de cortos sonoros; graba a dúo consigo mismo; filma en Europa y en Estados Unidos; apuntala la hegemonía de un sello grabador (Odeón) que lo tiene como su artista principal por más de diez años”, subrayó Chab.
Fuente Ambito