
De estas bibliotecas sólo quedan cinco, están en manos de algunas familias que las cuidan de la arena, el viento y el calor. Pero el Sahara se expande cubriéndolo todo y estos tesoros corren el riesgo de desaparecer. No sólo esto llamó la atención de estas artistas fotógrafas sino la basura que a pesar de estar compuesta por pequeñas comunidades se camina entre ella. Otro de los factores fue el tiempo que en el desierto se rige por las distancias, los recursos y las posibilidades para desplazarse.
Este grupo de artistas plasmó sus vivencias en un trabajo colectivo de fotografías directas e intervenidas, impresas en Fine Art, tipo de papel de algodón. Uno de los logros es que el contemplador se siente atrapado por la aridez del paisaje, la arena que todo lo cubre además de la basura. También usaron collage aplicado como un bordado, que en realidad son restos de esa basura encontrada, una suerte de sitio arqueológico del futuro.
Una de las salas está dedicada a una instalación con bidones, símbolo económico del agua, elemento supremo e indispensable para la vida. Están iluminados por dentro y las siluetas en su interior simbolizan esa vida que gira como satélite en torno al agua, una instalación conmovedora que da visibilidad a la importancia del agua como factor indispensable para la supervivencia.
“Tiempo de arena, título de la muestra, es el resultado de esta investigación colectiva, las bibliotecas que están siendo enterradas por la arena del desierto que avanza, la escasez del agua y los proyectos de reforestación del desierto. Logran poetizarlo y “nos interpela sobre nuestro rol protagónico en el devenir incierto de los tiempos y la naturaleza”.
El texto, también escrito por estas artistas, señala que “en el desierto existen los atardeceres y las noches, tan impactantes como los días. Son momentos en los que el silencio susurra fuerte o se guarda para que no pueda escuchar lo que sale de adentro”.
Consideramos esta muestra de fotografía como una de las mejores que hemos visto en los últimos tiempos y está abierta hasta el 31 de diciembre en Godoy Cruz 2626, sede de FOLA . A propósito de esta, institución creada en octubre de 2015 y dirigida, hasta la actualidad, por Gastón Deleau, es un espacio de 1200 m2 dedicado exclusivamente a la fotografía y por donde pasó lo más representativo de esta disciplina nacional e internacional. Hubo muestras memorables, entre ellas, las de Sara Facio, Alberto García Alix, Vivian Maier, Andy Goldstein, Gabriel Valansi, Juan Travnik, Luis González Palma, Romina Resia, Marcos Zimmerman, Oscar Pintor.
Pero a partir del 1 de enero cierra sus puertas para iniciar otro emprendimiento. Asociada a la Fundación Luz y Alfonso Castillo presentarán el primer museo de fotografía itinerante de la Argentina, de acceso libre y gratuito. Un trailer recorrerá durante 2022 más de 7.000 km2, 8 provincias y 25 ciudades con el propósito de difundir nuestra fotografía, compartir publicaciones y realizar talleres de esta disciplina.