El joven Italiano que desembarcó en Argentina a comienzos de los años ochenta, se convirtió en uno de los referentes de la música nacional luego de sacudir la escena under con su rebeldía, irreverencia y espontaneidad.
Luca tenía sueños como cualquier otra persona. Uno de ellos era visitar las Cataratas del Iguazú, deseo que cumplió en 1982 durante un reencuentro que se dio entre el músico y sus dos hermanos, Andrea y Michela. En ese viaje, también hicieron una parada por las Ruinas de San Ignacio.
Según el relato que reconstruye la Junta Histórica de San Ignacio:
“Corría entonces diciembre de 1982 cuando los hermanos Prodan se reencuentran después de varios años. Michela, Luca y Andrea deciden entonces realizar un viaje a Cataratas, destino soñado por el vocalista de Sumo. Una vez conectados con la magia de la naturaleza los muchachos Prodan deciden continuar con su travesía por nuestra provincia en tanto Michela vuelve prematuramente a Buenos Aires. Es así como a bordo de un remis comienzan el tur por la tierra colorada. Así recalaron los Prodan a San Ignacio y la mística que encierra nuestro Sitio Patrimonial supo conectar a Luca -por entonces con tan solo 29 años– con esa fuerza creadora que le fuera tan propia como la innata manera que tuvo de trascender”.
Además, se rescató una entrevista que se le hizo a uno de los hermanos del fallecido músico, en la cual hizo mención de dicho viaje.
“Nuestro viaje en el 82 fue increíble, porque pude estar otra vez con mi hermano como en los viejos tiempos. Pero, en este nuevo lugar, él ya nos hizo de anfitrión. Ya hablaba castellano, y bastante bien. Fuimos a Iguazú, a las Cataratas. Él siempre las había querido conocer y nos llevó y fue buenísimo. Pagó mi hermana, que tenía plata en esa época, ya que trabajaba en cine y ganaba bien [risas]. Así que aprovechamos este viajecito, que fue genial”, decía.
Y continuaba: “Me acuerdo de que Michela después se cansó de nosotros y de nuestros chistes y se quiso volver antes. Así que Luca y yo la convencimos de darnos plata para volver en taxi desde las Cataratas del Iguazú hasta Posadas. En realidad, en un remís, con un remisero recopado del lugar. En este viaje bastante surreal fuimos hasta las ruinas de San Ignacio juntos. Y sacamos unas fotos alocadas ahí que todavía tengo. Y después fuimos en avión desde Posadas a Buenos Aires.”