Madrid tiene presupuestos para 2022: 5.481 millones de euros, un 8,2% más que en 2021. Una cifra que asciende a 6.735 millones con las partidas de las empresas públicas como la Empresa Municipal de Transportes (EMT) o los Servicios Funerarios de Madrid (SFM). El Pleno del Palacio de Cibeles ha aprobado este miércoles las cuentas de José Luis Martínez-Almeida con los votos a favor de PP, Ciudadanos y Recupera Madrid. Los tres votos de los carmenistas, después de duras jornadas de negociaciones y la renuncia en el último minuto del concejal Felipe Llamas, han salvado el proyecto en una sesión extraordinaria, semipresencial y, sobre todo, revuelta. Tras confeccionar un acuerdo en el tiempo de descuento, el equipo de Gobierno y el Grupo Mixto —que integraron el pasado abril los cuatro concejales díscolos de Más Madrid— han evitado que los presupuestos se prorroguen al próximo año. El 1 de enero, la capital tendrá su plan de ingresos y gastos, con 1.007 millones de euros de gasto social, 1.000 millones de inversiones, 1.580 millones para la limpieza de la ciudad y 812,36 millones destinados a la seguridad. Esas son las partidas más gruesas que perfilan «unas cuentas equilibradas para consolidar la recuperación económica y social tras la pandemia», en palabras de la delegada del Área de Hacienda, Engracia Hidalgo (PP), que ha abierto un largo y bronco debate. El trato presupuestario ha sido duramente criticado por Más Madrid, PSOE y Vox, las tres formaciones que han votado en contra. «El tono épico para hablar de la capacidad de pactar no oculta la vergüenza y la profunda ilegitimidad del acuerdo», ha zanjado la portavoz de Más Madrid, Rita Maestre, quien ha vuelto a señalar a los «tránsfugas» del Grupo Mixto que «no representan a nadie». «Son unos presupuestos diseñados a imagen y semejanza de Vox», ha afirmado la portavoz socialista, Mar Espinar. Al otro lado del espectro político, no obstante, las cuentas se han firmado con «comunistas», según Vox. «Me duele ver a un alcalde que se ha puesto de rodillas con lo peor de la extrema izquierda», ha declarado Javier Ortega Smith. Una sesión sin tregua
Ni siquiera al final ha habido tregua. La semana pasada estuvo marcada por abruptas negociaciones y la Comisión de Hacienda extraordinaria se pospuso hasta en dos ocasiones. La noche del lunes, con el pacto entre Martínez-Almeida y los carmenistas rubricado, el ex jefe de gabinete de Manuela Carmena, Felipe Llamas, se descolgó y anunció su retirada de la política. Y este miércoles el Pleno ha comenzado con una hora de retraso porque faltaban unos papeles. «No puedo votar porque no conocemos las enmiendas transaccionales ni el acuerdo del IBI», arrancó, a las 9.30 horas, la concejal de Vox Arantzazu Cabello. «Ruego un receso para saber qué demonios estamos votando», secundó el edil de Más Madrid Miguel Montejo. El Pleno ha vuelto a ponerse en marcha a las 10.30 horas, una vez ha sido entregada la documentación de esas enmiendas transaccionales, que son las enmiendas (modificaciones) originales a las cuentas que se aúnan para agilizar el debate y se votan en último lugar. Todas han sido aprobadas, junto a otras 31 enmiendas vivas (las originales), y se han integrado en el proyecto final. No obstante, la suerte de alianza improvisada entre Más Madrid y Vox ha desembocado en mitad de la sesión en la invocación del artículo 65.3, por el que cualquier concejal puede solicitar la retirada de algún expediente del orden del día ante la falta de informes y, de ser así, se examinaría en la siguiente sesión. La votación para invocar el artículo 65.3 del reglamento del pleno no ha prosperado. Sí lo han hecho los presupuestos y las ordenanzas fiscales que son clave para los ingresos del Ayuntamiento. En un hemiciclio de 57 concejales, PP y Ciudadanos suman 26 ediles y necesitaban al menos otros tres ‘síes’ para alcanzar la mayoría simple (29) y sacar adelante las cuentas de la ciudad. Gracias a los tres carmenistas, la votación ha culminado con la bancada del equipo de Gobierno en pie y aplaudiendo.
Fuente ABC