El árbol azul y verde de la Puerta del Sol ha anochecido este jueves en soledad. La plaza, vacía desde 21 horas, se ha preparado para acoger la celebración de las preuvas 730 días después de las últimas. Las vallas de seguridad que han rodeado el perímetro han sido los únicos acompañantes del kilómetro 0 hasta las 22 horas. En la calle Mayor, ha aguardado Carmen con su hija y su nieto. Apoyada en una muleta, la octogenaria ha esperado paciente a que la Policía Municipal le despejase el camino para poder instalarse frente a la Real Casa de Correos, mirando el todavía apagado cartel de ‘Feliz 2022’ que decora el reloj más famoso del país. «Escuchar las campanadas es un regalo después de lo que hemos vivido. Queríamos celebrarlo y desear que el 2022 deje todo lo malo atrás», ha afirmado la mujer, agarrada por su nieto. Han sido los primeros en entrar, con gritos y saltos de alegría. El árbol ha recuperado entonces la compañía. Las colas se han ido formando, aunque a medio gas, en las cuatro calles de acceso: Mayor, Arenal, Alcalá y Carrera de San Jerónimo. Los agentes municipales han controlado el contenido de las bolsas y las mochilas para evitar cualquier elemento que pudiera suponer un riesgo para la seguridad. Luego, llegaba el turno de pasar ante los nacionales, con detectores de metales incluidos. La Puerta del Sol se ha convertido en un desfile de gorros de árboles de Navidad, de Papá Noel o de renos; matasuegras y brillantes gafas con los números del próximo año. Ese ha sido el complemento de Andrea, que ha llegado desde Vallecas con sus amigos. «No queremos salir por responsabilidad, así que hemos venido a celebrar el año al aire libre, y mañana con la familia. Al menos podemos hacer algo, que el año pasado estaba todo vacío», ha explicado la joven, antes de irse a buscar el mejor enclave en el que comer las primeras doce uvas de estos días. Los gorros de cartón en forma de conos han sido el atuendo de Antonia y María, vecinas de Colmenar. En una bolsa han preparado las gominolas. «Mañana las uvas», ha dicho Antonia, en su segunda vez recibiendo el año en la Puerta del Sol. «Vine en el 2000, y no tenía nada que ver con esto. Estaba lleno, no cabía un alfiler y hoy está prácticamente», ha afirmado echando un vistazo a su alrededor, donde la distancia de seguridad se guardaba más que de sobra. A las 22.30 horas, ya habían encontrado su lugar. «Mejor, así vemos perfectamente cómo baja la bola», ha dicho su amiga, primeriza en esto de terminar el año fuera del hogar. El ‘kilómetro 0’ ha estado rodeado por un gran dispositivo de seguridad. Las mascarillas han sido obligatorias y el aforo, reducido a 7.000 personas, un 60% menos que en 2019. Por aquel entonces, 18.000 personas se dieron cita sin saber que sería, hasta ahora y por culpa de la pandemia, la última vez que festejaban en el enclave el comienzo de un nuevo año. También se ha habilitado un espacio, al igual que ocurrirá mañana, para los asistentes con movilidad reducida (con acceso por la calle de Esparteros) y un pasillo para garantizar los movimientos de vehículos y personas en caso de emergencia. A medianoche han llegado los gritos de alegría, los abrazos y algún otro brindis. Darisa terminaba las tres uvas que le habían quedado en un plato de plástico mirando el reloj que ya había dejado de sonar. Su hija, Rebeca, la observaba. «Mamá, eso da mala suerte», le ha recriminado entre risas antes de fundirse en un beso porque en Sol ya era 2022. Fuegos artificiales
Antes de que vuelva a anochecer, la fachada de la Real Casa de Correos se iluminará este viernes de color rojo y las siete estrellas de la bandera de la Comunidad de Madrid. Un espectáculo de luces y sonido, con la proyección de algunos de los mensajes que han dejado las más de 60.000 personas en el Bosque de los Deseos de la Casa de Postas, se reflejará en el exterior de la sede del Gobierno regional durante la última hora del 2021. Tras las verdaderas doce campanadas, un castillo de fuegos artificiales será lo primero que vea el cielo de Madrid en el 2022. También se reproducirá el mismo dispositivo de seguridad formado por 300 agentes de la Policía Municipal y de la Nacional. En caso de que se alcance el aforo máximo permitido, se instalarán paneles en varios puntos de los alrededores para evitar que la gente se acerque al kilómetro 0. En cuanto al transporte público, la estación de Sol permanecerá cerrada entre las 11.30 y las 12.30 -con motivo del último ensayo de las campanadas- y a partir de las 21 horas, al igual que el acceso a Renfe-Sol desde la estación de Gran Vía.
Fuente ABC