Por Christian Sanz
Los primeros días del año suelen ser la excusa perfecta para hacer un balance de los hechos relevantes de la política. Es casi una cuestión de manual en los medios de comunicación.
Pero ello solo sirve a los efectos de volver a reflotar viejas broncas y decepciones. Porque los referentes argentinos demostraron no estar a la altura de las circunstancias durante 2021. Salvo honrosas excepciones, como sabe decirse. Cada vez menos.
El debate por la modificación del impuesto a los Bienes Personales y la discusión por la reelección de los intendentes del conurbano bonaerense han sido los ejemplos cabales de aquella afirmación.
Un oficialismo que solo piensa en sus propias apetencias y una oposición que acompaña esa voracidad, olvidando el mensaje que le regaló la ciudadanía en las urnas.
Ello explica el crecimiento de los incipientes libertarios y augura la aparición de nuevos fenómenos partidarios, como el movimiento “cívico-militar” Cóndor, que ha comenzado a preparar su lanzamiento a la arena política de cara a 2023. Quien se esconde detrás de aquella estrategia es el vicecomodoro (R) Horacio Ricciardelli.
Hablando de militares, César Milani obró su propio milagro: logró que la Sala I de la Cámara Federal de Casación confirmara su absolución en el caso iniciado por la desaparición del soldado Alberto Agapito Ledo en La Rioja.
El otrora jefe del Ejército del primer kirchnerismo va logrando poco a poco desembarazarse de los expedientes judiciales que lo complican. En relación directamente proporcional a su nuevo acercamiento al Frente de Todos. Con todo lo que ello implica.
Porque su nombre es sinónimo de lo peor del espionaje vernáculo que se vivió en los años del gobierno de Cristina Kirchner, en 2013. Quien no lo recuerde, solo debe googlear: Milani acumula denuncias de aquellos días, por espiar a políticos opositores y periodistas. También por hacer “inteligencia interna”. Y, por si fuera poco, ostenta una denuncia por enriquecimiento ilícito.
¿Su regreso augura lo mismo de antaño? ¿Se vienen nuevas situaciones de espionaje ilegal? ¿Tendrá que preocuparse nuevamente el periodismo? Interrogantes sueltos.
En otro orden de cosas, generó revuelo la revelación de esta semana de Tribuna de Periodistas que hurgó en los abultados gastos de Horacio Rodríguez Larreta en su viaje a Estados Unidos, en septiembre de 2021, el cual culminó en un almuerzo de aproximadamente dos horas con el ex presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton.
Lo acompañaron Fernando Straface, secretario general y de Relaciones Internacionales de la Ciudad; y Gonzalo Robredo, extitular de Turismo de la CABA. Llamó la atención que el 10 de diciembre pasado este último decidiera renunciar. ¿Tuvo algo que ver aquel viaje?
Más allá de la respuesta a esa pregunta, hubo un hecho curioso relacionado a la misma travesía: tanto en la ida como en la vuelta a EEUU, por motivos que se desconocen, se “trocaron” los pasajes.
En el viaje de ida, se cambió el pasaje original y se terminó abonado más caro; y en la vuelta pasó lo contrario: se pagó costoso en un primer momento, pero luego se hizo el cambio y se abonó a mitad de precio. Inentendible.
Y hablando de cuestiones incomprensibles, el 29 de diciembre de 2021, a través de la Resolución DEA N° 257-2021, la titular de la Anses nombró como gerenta de la UDAI Virrey del Pino a Aimé Belén D’Elía, hija de Luis ídem, que había sido eyectada por darle una falsa licencia a su hermana para que se vaya de vacaciones.
Como puede verse, la llegada de las Fiestas nunca carece de milagros.
Fuente Tribuna de Periodistas