
“Me colocaron una sonda nasogástrica. Me realizarán más exámenes para una posible cirugía de obstrucción interna en la región abdominal”, tuiteó el mandatario, que empezó a sentirse mal “después del almuerzo del domingo”.
El médico Antonio Luiz Macedo, responsable del equipo que trata a Bolsonaro y que lo ha operado en otras ocasiones, se encontraba fuera del país y debió volver de urgencia a Brasil.
El hospital informó más temprano que el presidente padece “un cuadro de suboclusión intestinal” y que se encuentra “estable y en tratamiento”. Por el momento, “no tiene previsión de alta”, indicó el equipo médico en su parte.
Imágenes previas de TV Globo mostraron al mandatario desembarcando de madrugada del avión presidencial a pie en el aeropuerto de Congonhas de San Pablo, procedente de Santa Catarina (sur), donde pasó las fiestas de fin de año.
Política
Cuestionado por su manejo de la pandemia, que dejó hasta el momento casi 620.000 muertos en Brasil, y por la crisis económica, Bolsonaro registra su nivel
de popularidad más bajo, con 53% de reprobación, según el Instituto Datafolha.
La economía, que rebotó más del 4% el año pasado tras la recesión de 2020, este año solo crecería 0,36%, estima el consenso del mercado, cifra poco apta para encarar la lucha por la reelección.
Según las encuestas, el mandatario perdería las elecciones presidenciales del próximo octubre frente al expresidente de izquierda Luiz Inácio Lula da Silva, quien confirmaría en marzo si será candidato.
Bolsonaro, en el poder desde 2019, ya fue internado a mediados de julio para ser tratado por una obstrucción intestinal. En esa ocasión, permaneció cuatro días en el hospital y no debió ser operado.
Antecedente
Debido a la puñalada que recibió en 2018, el gobernante ultraderechista pasó por al menos cuatro cirugías, entre ellas la colocación y posterior retiro de una bolsa de colostomía, que lo volvieron más proclive a sufrir trastornos intestinales.
Según el ministro de Comunicaciones, Fabio Faria, el nuevo problema “es consecuencia de la puñalada”.
En julio de 2020, Bolsonaro contrajo covid-19, pero no requirió internación y se recuperó rápidamente. Por otra parte, asegura que no se ha vacunado contra la enfermedad.
El presidente estaba de vacaciones desde el 27 de diciembre en el estado de Santa Catarina, en el sur de Brasil, donde se lo vio disfrutando de paseos en la playa, montando una moto de agua y en un parque de diversiones junto a su familia.
Durante su estancia en la costa, Bolsonaro fue blanco de duras críticas por mostrarse disfrutando de sus vacaciones mientras el estado de Bahía (nordeste) era escenario de intensas lluvias que provocaron 25 muertes y grandes destrozos en decenas de municipios y carreteras regionales.
En tanto, varios ministros utilizaron las redes sociales para pedir a la población que “rece” por el presidente, lo que ratificó el apoyo evangélico a su figura en el año de la reelección.
La primera dama, Michelle Bolsonaro, agradeció ayer las oraciones y mensajes de apoyo.
“Son secuelas que llevaremos con nosotros el resto de nuestras vidas. Pero Dios es bueno y tiene el control de todas las cosas”, escribió en las redes sociales la esposa de Bolsonaro, quien acompañó a su esposo al hospital.
Fuente Ambito