Los Ángeles, 6 ene (EFE).- Líderes de los derechos civiles en Estados Unidos y comunitarios de Los Ángeles se preparan para despedir a la adolescente chilena Valentina Orellana Peralta, quien murió de forma accidental a manos de un policía de la ciudad en un hecho que ha generado llamados para que las tácticas usadas por la policía cambien.
Orellana Peralta, de 14 años y quien había inmigrado a Los Ángeles con su madre hacía seis meses, murió el pasado 23 de diciembre en medio de un operativo del Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) para detener a un sospechoso de agredir a clientes en una tienda de ropa en el sector de North Hollywood.
“Esta tragedia se pudo haber evitado”, dijo a Efe Ron Gochez, director de la organización comunitaria Unión del Barrio.
“Esta clase de procedimientos que existe en los departamentos de policía es negligente y está dirigida exclusivamente a ser aplicada en comunidades de color”, añadió el activista.
El operativo de agentes del LAPD se dio tras varias llamadas de alerta sobre un posible asalto con arma mortal y avisos posteriores acerca de disparos en la tienda Burlington Coat Factory.
Al llegar, los oficiales comenzaron una búsqueda en el lugar, durante la cual localizaron a una mujer ensangrentada y, a poca distancia, un sospechoso. Uno de los policías disparó tres veces con su rifle automático contra el hombre, que murió en la escena.
Al menos una bala atravesó la pared de un probador donde Valentina se encontraba con su madre, Soledad Peralta. La adolescente murió en los brazos de su mamá, que no pudo hacer nada para salvar la vida de su hija.
NO TENÍA UN ARMA
Las críticas se han volcado sobre la táctica usada por el equipo policial que respondió ya que el sospechoso no tenía un arma de fuego. “Esto no hubiera pasado en una tienda de Beverly Hills o Century City”, aseveró Gochez.
El jefe del LAPD, Michel Moore, prometió transparencia en las investigaciones y lamentó el hecho desde el mismo día en que ocurrió el tiroteo.
En una acción inusual, las imágenes editadas de las cámaras corporales de los agentes del LAPD que participaron en el operativo fueron reveladas cuatro días después del incidente. El vídeo muestra desde la llegada de los oficiales hasta el momento en que uno de ellos dispara contra el sospechoso.
William Dorsey Jones Jr., de 42 años, fue el oficial que disparó. El agente afroamericano actualmente se encuentra en licencia administrativa pagada mientras se investiga el hecho.
PIDEN JUSTICIA
Los padres de Valentina, Juan Pablo Orellana y Soledad Peralta, y sus abogados, Ben Crump y Rahul Ravipudi, respectivamente, han pedido justicia.
Gochez señala que no se puede decir que la muerte de Valentina fue causada intencionalmente por el oficial, y que el problema radica en que los procedimientos están basados en el precepto “dispara primero y pregunta después”.
“La Policía pensaba que el atacante estaba armado y por eso dispararon, pero creo que un par de preguntas a tiempo hubieran cambiado este resultado”, consideró.
En este sentido, Earl Ofari Hutchinson, presidente de Los Angeles Urban Policy Roundtable, dijo a Efe que “el uso de la fuerza letal por parte del LAPD ha sido un tema de debate y controversia desde hace mucho tiempo”.
Hutchinson lidera un grupo de varias organizaciones que han pedido al fiscal de Los Ángeles, George Gascón, que investigue si hubo una mala conducta policial.
SIGUIÓ EL PROCEDIMIENTO
Tom Saggau, portavoz de la Liga de Protección de la Policía de Los Ángeles, el sindicato de los policías del condado, dijo a medios locales que dos semanas antes del tiroteo Jones Jr. había completado el entrenamiento para detener un tirador activo en una situación de riesgo en masa.
Saggau defendió el actuar del oficial, quien es el fundador de una organización sin fines de lucro llamada Oficiales por el Cambio, que recauda dinero para darles a los estudiantes mochilas y útiles escolares.
El abogado Crump, que ha representado a numerosas familias de personas muertas por la Policía, incluido George Floyd, cuyo asesinato en mayo de 2020 por un oficial de policía de Minneapolis desencadenó protestas en todo EE.UU., dijo en una conferencia de prensa que “la familia Orellana piensa que las cosas podrían haberse hecho de una manera diferente en la que Valentina no habría sido un daño colateral”.
El reverendo Al Sharpton, prominente líder de los derechos civiles, se ha unido a los llamados de cambio. El carismático personaje pronunciará el discurso principal en el funeral de Valentina, que se realizará el próximo lunes en Los Ángeles.
Se espera que ese día Sharpton, el obispo Noel Jones de la iglesia pentecostal City of Refuge Church, y los abogados Crump y Ravipudi, entreguen lo que ellos han denominado un “llamado a la justicia” en este hecho, reportaron medios locales.
Los restos de Valentina permanecerán en Estados Unidos.
Fuente El Mundo USA