Dos niños israelíes de seis años murieron por COVID en el Centro Médico Soroka de Beer Sheva.
Ambos niños tenían condiciones preexistentes. Después de contraer el virus los atendieron en la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos de Soroka (UCIP).
En los últimos días, su condición se deterioró significativamente y los médicos hicieron todo lo posible para ayudarlos, pero no tuvieron éxito.
Al mismo tiempo, una joven de 17 años que hospitalizaron en estado grave por COVID y requirió asistencia respiratoria en el hospital de Beer Sheva fue dada de alta.
El Dr. Isaac Lazar, director de la UCIP, afirmó: «Estos son casos graves de niños con condiciones preexistentes complejas que contrajeron coronavirus y su condición se deterioró debido al virus».
Además, Lazar aseveró que «es importante vacunar a los niños para prevenir infecciones y enfermedades graves. Debido a la rápida propagación de la infección, nuestra preocupación es comenzar a ver niños sin condiciones preexistentes que pueden sufrir complicaciones debido al virus».
Por otra parte, el Ministerio de Salud de Israel anunció un nuevo plan para reducir las largas colas y preservar el suministro de pruebas. Esto es en medio de la saturación de los sitios de pruebas COVID-19 debido al creciente aumento de contagios por la variante Ómicron.
Las nuevas directrices entrarán en vigor el viernes. Darán prioridad a pruebas PCR para mayores de 60 años o con riesgo de enfermedad grave. De esta manera se los podrá diagnosticar lo antes posible y recibir nuevos medicamentos para prevenir su deterioro.
Israel registró este jueves 16.115 nuevos casos de COVID-19. Se trata de la cifra más alta en un día desde el principio de la pandemia.
Vía Arutz Sheva
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