Petroleras en el mar: Kicillof terminó huyendo en helicóptero tras un escrache en Miramar

En Miramar, el gobernador fue recibido por vecinos que le reclamaban que desmienta lo que sostuvo días atrás, cuando afirmó que “prácticamente es imposible que haya derrames”. Terminó escapando y sin dar respuestas.

El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, se reunió este martes con representantes de distintos sectores para analizar el desarrollo de la temporada de verano. Durante el encuentro, que tuvo lugar en el Golf de Miramar, un grupo de vecinos autoconvocados se manifestó en contra de la decisión del gobierno, avalada por el mandatario bonaerense, de habilitar la exploración sísmica para encontrar petróleo en el fondo marino.

“La exploración petrolera no afectará la cuestión visual y es prácticamente imposible que haya derrame”, dijo días atrás la máxima autoridad provincial.

En ese marco, Facundo Caminos, uno de los vecinos que protestó contra las petroleras en el mar, pidió ante Realpolitik que el dirigente del Frente de Todos se retracte porque lo que dijo “es mentira” y “Magdalena y Río Negro son ejemplos clarísimos”.

Por otra parte, vale destacar que aunque el intendente de General Alvarado, Sebastián Ianantuony, se proclamó públicamente en contra de la decisión del gobierno nacional, no ayudó a los manifestantes a tener acceso libre al lugar donde estaba el gobernador para poder dialogar con él. “La fuerza policial nos cerró el paso con garrotes y escudos. Nosotros estuvimos muy pacíficos, cantamos, bailamos y volanteamos un poco: estamos muy convencidos de la lucha que estamos dando”, relató el vecino de Miramar.

“Reclamamos un proyecto integral de producción y distribución de energías autosustentables, renovables, orgánicas, que tomen en cuenta el cuidado y resguardo de los bienes comunes; esto como alternativa a energías no renovables como lo son el petróleo y el gas”, concluyó.

“Así se va el entregador de Kicillof”, se escucha decir a otro vecino en un video al que tuvo acceso este medio, mientras el gobernador abandonaba el lugar. Otra vez, huyendo, en silencio, sin respuestas y escrachado. 

Fuente Realpolitik