Por el Dr. Jorge Corrado*-Especial Total News Agency-TNA-
“La historia ya no le confía por más tiempo el cuidado de la libertad a los débiles y a los tímidos.”
Dwight Eisenhower
Estamos viviendo una etapa de altísima dinámica de cambios en la civilización y debemos impulsar a nuestras comunidades para que ingrese a ese cambio, para que ingresen en la etapa de la civilización del conocimiento, aunque no hemos podido desarrollar integralmente la pasada etapa de la civilización industrial. Hoy, cuando el mundo desarrollado transita la etapa posindustrial, debemos recuperar el tiempo de las décadas perdidas. Pero, con la condición insoslayable de recuperar simultáneamente nuestra identidad cultural.
Nuestra ética política tiene un núcleo, que es la religión. Nuestra religión ha resuelto el problema de las relaciones sociales y políticas. Al hombre que va al templo se le dice: “cuando salgas del templo, compórtate en función de estos valores y de estos principios” y ello otorga un buen margen de convivencia de la diversidad, en libertad. Por supuesto que también hay muchos confundidos, que creen que los valores y principios “son las modas” y, consecuentemente los cambian, como si fuesen un sombrero. Estos equívocos se pagan muy caros.
Hace unos años, en un diario argentino, el profesor Giovanni Sartori publicó un artículo titulado: “Una guerra inédita, pero que debe ser llamada por su nombre”.
El último párrafo del artículo de Sartori dice:
“La guerra que viene, que ya está presente, se gana o se pierde en casa. Se ganará si sabemos reaccionar a la chatura intelectual y moral en la que navegamos actualmente”, está dirigiéndose a lositalianos, … “y que hoy lleva a que un italiano sobre cuatro justifique a Ben Laden. Y se perderá si dudamos de nuestros valores y de la civilización que nos encarna”.
Tenemos una ética heredada que nos identifica. Allí reside la soberanía de la Nación. Es lo que hemos recibido de nuestros padres, de nuestros abuelos, de nuestra Patria…: una ética, un conjunto de valores y creencias, que es lo que señala Sartori con todo acierto. Es nuestra identidad. Es una personalidad nacional que, frente al “otro” o “los otros”, en el medio internacional interdependiente y globalizado, nos diferencia…, nos permite saber quiénes somos y qué somos y, a partir de allí, qué queremos, adonde vamos, cuál es nuestro destino, cuál es el escenario común del conjunto social de pertenencia que transforma a la sociedad en comunidad de ideales y de intereses. He allí la unidad nacional, hoy ausente.
Si en la cultura y en la ética está la identidad, un cambio de valores significa una pérdida de soberanía. En las últimas décadas la caída de nuestros valores, de nuestros principios, de nuestras tradiciones, de nuestro arraigo, está relacionada con la confusión conceptual, con la modernidad, con la moda. Es el malentendido entre “la continuidad y el cambio”. Mientras no resolvamos el entuerto, nuestra capacidad de recuperación es nula.
Lo que debe continuar es la cultura y lo que debe cambiar es la civilización
Hispanoamérica tiene una situación estratégica muy compleja y difícil.
Tan difícil que, por primera vez en la historia panamericana, en los últimos años han habido seis reuniones de Ministros de Defensa de todo el continente. Seis, y todas fracasaron. Fueron diálogos de sordos, no hubo una comprensión abarcadora de la grave e inédita situación que está delante de los ojos. Cada actor tiene su cosmogonía. Todo se ve en forma limitada, desde las partes. No ha habido la posibilidad de un entendimiento común, frente a un problema que nos es común.
El “narcoterrorismo” tiene su origen en América y afecta, de diversos modos, a todos los actores del continente. Es el nombre del crimen organizado internacional en lasAméricas. Desde hace décadas ésta unión simbiótica entre guerrillas y narcotraficantes viene feudalizando y disolviendo las estructuras institucionales, y el Continente la enfrenta sin los Acuerdos de Defensa Común necesarios y sin Políticas de Defensa Combinadas.
El macro terrorismo ha declarado, con los hechos del 11 de septiembre del 2001, una “guerra asimétrica”, conducida por el “crimen organizado internacional”, que tiene siglos de existencia, que actuaba clandestinamente desde algunos Estados y que ahora ha salido a la superficie, desafiando abiertamente a los Estados Seculares a punto tal que éstos, espontáneamente, están votando en el Consejo de Seguridad por unanimidad, para castigar al flagelo. No hay un solo Estado que haya querido quedar afuera. Los que van a quedar afuera, como lo dice Sartori, son los actores que no tienen la cultura suficiente para entender el fenómeno y que, agregamos: serán barridos por ambos contendores.
Las operaciones estratégicas en curso en Asia, llegarán pronto a nuestras costas. La “Alianza Desarrollada Norte”, ya ha desplegado su infraestructura electrónica, el dispositivo de las Bases de Apoyo, el marco legal, la inteligencia y tiene determinados los blancos. Terminadas las operaciones en el Medio Oriente, llegará el turno a nuestra Región. El narcoterrorismo también ha reaccionado y eleva el ritmo de sus acciones en el continente, el Foro de San Pablo se ha manifestado en sus últimas declaraciones y documentos e el resurgimiento del llamado “Socialismo del Siglo XXI”, eufemismo que encubre a un anacrónico marxismo-leninismo con base logística y de Inteligencia en Cuba y Venezuela.
Estamos en las preliminares de la batalla continental, en el marco de la nueva guerra mundial.
En la presente guerra mundial “antiterrorista”, la novedad es que la disuasión, convencional o nuclear, no funciona y que las “guerras de la Tercera Especie” se han catalizado.
Ahora el mundo entenderá al terrorismo, al actual macroterrorismo o al de la guerrilla revolucionaria-terrorista, que administraba la violencia con gotero, sobre sociedades sin Estado, sin planeamiento estratégico y que, consecuentemente, no presentan batalla. La batalla no se ve con los ojos del cuerpo, se conceptualiza. Es el encuentro de las maniobras estratégicas. Es la estratagema. Es la dirección de los combates. Sin ella, la victoria en el combate táctico no se transfiere a la explotación estratégica del éxito, en el plano político; es decir, en el plano de la guerra.
Los conceptos se desarrollan y perciben si hay un alto nivel de abstracción. Las batallas son los encuentros de las maniobras. Nuestro enemigo terrorista-revolucionario, que maniobraba frente a nosotros, tiene dirección estratégica externa. Se inspira en Sun Tsu. No en Clausewitz.
Clausewitz representa el pensamiento lineal de los occidentales. Sun Tsu, el estratega chino que vivió cinco siglos antes de Cristo, orientó las doctrinas revolucionarias durante la guerra fría, a través de Mao, e indudablemente orienta hoy las estrategias del macro-terrorismo global del acto.
Sobre el significado del riesgo estratégico que representa el narcoterrorismo, al finalizar su gestión, el Grl Barry Mc. Caffrey, ex Director del Departamento de Políticas para el Control de Drogas, de los EE.UU, expresó en una conferencia en la Escuela Superior de Guerra de Colombia:
“…Washington ve con preocupación que cada vez que se golpea a los carteles colombianos, peruanos y bolivianos, el narcotráfico tiende a extenderse hacia Venezuela, Brasil y Argentina….El gobierno colombiano ha perdido el control del 40% de su territorio a manos de los narcotraficantes… Colombia no solo sangra por las drogas, sino también por los 15.000 narco guerrilleros que ya no reciben ayuda de Rusia, China o Cuba. Este dinero viene de los delitos que cometen contra el pueblo colombiano: actos de terrorismo, secuestros, robos de bancos, extorsión y drogas… La Argentina es un país rico y sólido, pero otros países más pequeños podrían convertirse literalmente en Estados Fallidos, si no existe una sociedad hemisférica. El narcotráfico amenaza a la libertad y yo sostengo que los carteles son una amenaza aun mayor que la del nazismo…”.
En Enero del 2022, la Argentina está en condiciones de alcanzar la condición de “Estado Fallido”, inmersa en una profunda crisis generalizada, en total incertidumbre…y.. formalmente, la “sociedad hemisférica” no se ha constituido. Por el contrario se están consolidando alianzas estratégicas con actores extra occidente (China-Rusia), con consecuencias insospechadas a futuro.
Desde una extrema debilidad estructural e institucional, enfrentamos una difícil, compleja e inédita situación estratégica mundial y regional, sin defensas orgánicas, en estado de indefensión nacional. No es difícil establecer el porqué.
Para finalizar, citaremos a continuación una homología que hemos tomado de la filosofía china y que hace referencia a la necesaria comprensión de la coyuntura: “la diferencia entre una piedra y un junco”.
La piedra está sobre la tierra, no tiene su raíz dentro del suelo. No toma la savia de él, para dar flor y frutos. La piedra no asume las variables de las circunstancias, la amplitud térmica diaria la fisura, el agua que penetra en sus ranuras la quiebra, termina siendo arena y nunca estará en un lugar elegido por ella. Los vientos la llevarán de un lugar a otro. Mientras tanto el junco está allí, en su espacio, con una profunda raíz en su suelo y su elegante figura se adapta al medio: cuando hace calor abre sus poros, cuando hace frío los cierra, cuando hay viento se recuesta sobre el suelo y al día siguiente está inhiesto. Cuando lo quieren romper, tiene en la fibra que alimenta su savia, sus defensas.
Creo que está entendida cuál es la diferencia entre una piedra y un junco: éste tiene las raíces en su suelo, se alimenta e identifica con él y tiene la capacidad de adaptarse a las circunstancias que lo rodean, que están cambiando permanentemente, sin perder su posición, mientras que la piedra sin raíces y sin sensibilidad ha desaparecido, arrastrada como arena por lo vientos.
Recuperemos nuestro arraigo cultural y adaptémonos a nuestro tiempo, a nuestra civilización. Por eso Seamos Juncos.!!!
Sepamos retener nuestra pertenencia identificatoria, nuestra ética, nuestra cultura. Allí está la energía de la fibra que resistirá a la agresión del medio ambiente hostil y tengamos la flexibilidad de alinear las velas con los vientos que soplan…en el año 2022.
Hace ya 21 años el macro atentado terrorista en EEUU dejó un mensaje al mundo que fue contundente: “a partir de hoy, 11 de septiembre, la libertad quedó aplastada por un nivel de permanente inseguridad”. El aviso dice con claridad: “YA NO HABRÁ DISUASIÓN”.
El empleo químico, biológico y nuclear (QBN) por parte del terrorismo internacional es la amenaza y el riesgo estratégico más grave de nuestros días, y hoy es posible. Y como la libertad y la seguridad son funciones de una misma ecuación, hagámonos cargo que a partir de ese día estamos afectados por estas funciones y que estamos dentro de esa ecuación. No comprender esta realidad es el acto de mayor irresponsabilidad de nuestras dirigencias, hoy ocupadas en cuestiones electorales o como evitar los tribunales para explicar lo inexplicable.
*Dr. Jorge Corrado.
Coordinador del Área de Seguridad y Defensa, Profesor del Máster de Historia Militar y del Máster de Inteligencia del Instituto de Estudios en Seguridad Global de España (iniseg.es). Director del Instituto de Estudios Estratégicos de Buenos Aires