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Cuando en 1011 el conde Sancho García llegó a un acuerdo con el califa Suleymán al-Mustain por el cual, a cambio de su ayuda para conseguir el califato de Córdoba, se comprometió a devolver a Castilla fortalezas señeras -como Clunia, Osma, Gormaz y San Esteban de Gormaz- que habían sido tomadas años antes por Almanzor, jamás se habría imaginado que este hecho tan importante para la Reconquista se convertiría en un vino. Y no en uno cualquiera, sino en todo un símbolo de la Ribera del Duero, la tierra de este conde castellano. Este vino, el MXI 2019, que también debe su nombre a las dos parcelas -la 10 y la 11- donde se encuentran las viñas de donde salen sus uvas en la finca de las Bodegas Tinto Pesquera, se ha convertido en una revolución para el proyecto vitivinícola de la Familia Fernández Rivera. Se trata de la tercera añada de este tinto 100% Tempranillo con una crianza de 14 meses de envejecimiento en diferentes formatos de crianza y consolida, con su salida al mercado, a la tercera generación de la bodega, formada por Inés Bocos Fernández, Elvira Bocos Fernández, Lucía Pascual Fernández y Ángela Pascual Fernández. Tras una mimada selección en los viñedos ubicados a 900 metros de altitud, en el Monte Alto de Pesquera y con un suelo franco arenoso dentro de Pesquera del Duero (Valladolid), las bayas de Tempranillo con las que se elabora este vino permanecen en bodega durante 14 meses en diferente formatos de envejecimientos, con crianza en tinos de madera y depósitos de hormigón. Así lo explica el enólogo de la bodega, Rodrigo Pons Morente, quien destaca que desde Familia Fernández Rivera tienen el objetivo de «buscar el mayor potencial de los viñedos». Rodrigo Pons Morente recuerda que el año de cosecha de las uvas con las que se elaboró el MXI 2019 comenzó con un invierno normal, que dio paso a una primavera suave, con alguna helada en el mes de mayo, aunque el año, en general, fue seco, sobre todo durante el ciclo vegetativo, algo que ha marcado el desarrollo de las plantas, el tamaño de los racimos y las uvas. «El régimen de temperaturas durante la época de maduración de esa añada fue muy favorable, con la marcada amplitud térmica característica de la Ribera del Duero, lo que ha hecho posible la magnífica madurez fenólica de la maduración, que no ha afectado a la calidad de la uva», señala el enólogo de la bodega. Por lo que se refiere a la nota de cata del vino MXI 2019, este tinto presenta un aspecto limpio y brillante, con un color rojo picota, matiz violáceo y reflejos morados, que indican juventud, como el público consumidor al que va dirigido, como son los jóvenes, tal y como asegura el director comercial de Familia Fernández Rivera, Antonio Barrios Fayula. En nariz, presenta una intensidad aromática media-alta, con recuerdo a frutas rojas como la frambuesa y la grosella. En cuanto a su consumo, el último vino de las Bodegas Tinto Pesquera es óptimo desde el momento de compra. Con un precio aproximado de 25 euros, este vino «tiene más demanda que oferta», pues el número de botellas elaboradas por Bodegas Tinto Pesquera «estarán agotadas en pocos meses», explica el director comercial. Ello se debe, entre otras cosas, a que la bodega cuenta con una buena cartera de clientes en varios países y se encuentra en varios lineales de las grandes superficies comerciales de España y del extranjero. Con una graduación del 14%, el MXI 2019 se sirve en copa a una temperatura de entre 12 y 14 ºC y es ideal para acompañar arroces, risotto, pasta, carne a la brasa y chuletillas al sarmiento. En definitiva, este vino, cuya primera añada nació en 2016 como un nuevo proyecto de la familia Fernández Rivera, es un vino fresco elaborado con dedicación, cariño y respeto a la tierra, y da la bienvenida a las nuevas generaciones. Larga vida para él.
Fuente ABC
