LA HABANA, Cuba.- Como si no bastara la complicidad de la prensa oficialista con el régimen, su silencio ante lo que debería ser noticia y su repugnante servilismo, en vez de clavar el aguijón en el carapacho hendido de una dictadura pasada de crueldad contra los manifestantes del 11 de julio, el portal Cubadebate ha publicado un artículo en el cual celebra la cruda miseria que impera en los campos cubanos.
“Granma, la tierra de los campeones” es el título del texto que aparece en medio de la crecida del descontento popular, con miles de madres denunciando que sus hijos no tienen leche, yogurt, confituras, ni medicinas. Miles de madres que exigen el cierre de las tiendas en MLC que las discrimina y humilla en su condición de obreras, técnicas o profesionales de un país tirado a la basura por los políticos más incompetentes jamás vistos en el hemisferio occidental.
En medio de ese contexto, la prensa oficial ha intentado ofrecer una visión idealizada de un grupo de niños que juegan descalzos en un terreno de béisbol en Manzanillo, enfatizando “la proeza” de perseguir un sueño a pesar de no tener zapatos. Pasando por alto la verdadera causa de las penurias escondidas detrás de esos pies desnudos, Cubadebate sentencia triunfante que se trata de “…una muestra dura y palpable de lo que son capaces de hacer los deportistas cubanos en medio de crisis y bloqueos económicos”.
En un país donde las privaciones avanzan a un ritmo demencial, es fácil hacer propaganda a partir de la miseria, incluso convertirla en un estandarte de resistencia. “Somos pobres, pero felices”, es la idea que insisten en venderle al mundo sobre Cuba. Sin embargo, si los lectores pudieran acercarse a la realidad en que viven los niños que figuran en el reportaje, probablemente no quedaría un resquicio para el idealismo.
Cubadebate quiere hacernos creer, además, que el relevo está garantizado en un deporte que el año pasado conoció el mayor éxodo de atletas en su historia, porque lo cierto es que la miseria continúa aunque se juegue en Series Nacionales, se participe en topes foráneos o se firmen contratos para jugar en ligas extranjeras. Ninguna suma de dinero es garantía cuando no existe libertad, y eso lo aprenderán a su debido tiempo los pequeños soñadores que hoy deslizan sus pies encallecidos por el terreno, sin importar cuánto trabajo político-ideológico el régimen descargue sobre ellos.
Los futuros peloteros del equipo Granma son el rostro de una Cuba empobrecida que el castrismo quiere achacarle al bloqueo mientras edifica hoteles de lujo y compra automóviles para la renta al turismo. Al contrario de lo que afirma el artículo, no todos esos niños descalzos que practican béisbol llegarán a cumplir su sueño, y más pronto que tarde descubrirán cuál ha sido siempre el origen de su pobreza.
Las nuevas generaciones ya vienen preparadas para fingir. Sus padres las protegen de cualquier contradicción advirtiéndoles que criticar al sistema es un error, pero alentándolos a emigrar apenas tengan oportunidad. Lo que se aprecia en las fotos de Cubadebate, además de la precariedad material que sufre el béisbol desde la base, son paripés planificados por las autoridades deportivas de Granma como si se tratara de escenas cotidianas que se reproducen a lo largo y ancho de la provincia: una cancha de voleibol de playa bastante aceptable, con red y árbitro; los aprendices de artes marciales con kimonos nuevos; los niños concentrados ante el tablero de ajedrez como si desayunaran cada mañana con leche, avena, huevos y pan integral.
Es tan grande el abismo entre realidad y ficción que con razón quienes leyeron el artículo se preguntan qué tienen esos periodistas en la cabeza. Todo para agasajar al nuevo Comisionado Nacional de Béisbol, Juan Reinaldo Pérez Pardo, nombrado en septiembre de 2021 y quien, si hemos de creerle a fuentes oficiales, ha participado activamente en la estrategia nacional del béisbol. Los resultados alcanzados por Cuba en ese deporte durante los últimos años son suficientes para juzgar el éxito de dicha estrategia.
Cubadebate no se interesó por mostrar imágenes del Comisionado, que tiene la abultada barriga y el ancho cuello de los burócratas del PCC. Con el dinero que se invirtió en pasear a Pérez Pardo y su parasitaria comitiva por el Oriente cubano para poetizar la miseria, se podrían adquirir varios pares de zapatos para esos “pequeños campeones” que en un futuro no lejano, talento y suerte mediante, quizás jueguen en Ligas Mayores. Ojalá no tengan que sufrir en carne propia el injusto destierro de ocho años que impone el castrismo a los soñadores de largo alcance.
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Fuente Cubanet.org