
Allí se observa el infortunado joven gastó $7800 por reflejos; $900 por el lavado; $1400 por la manicura; $1400 por el corte; $700 por el peinado; y $ 4100 por trabajos técnicos. Hacia el final se refleja el precio por el que pagó: un total de $23.800.
El dueño del local, que se identificó como “Leo”, aseguró que el cliente, que había llegado al lugar con su madre, no se quejó por la frondosa cuenta.
“Cuando se fue su mamá, el chico quedó haciéndose una decoloración. Tenía el pelo color castaño y quería llegar a un rubio platinado. Se requiere un total de dos decoloraciones para llegar a un tono y lograr ese nivel”, intentó explicar el coiffeur.
Además, advirtió que “los precios están exhibidos en la entrada de la peluquería y también en recepción. Llegó a ese número por la cantidad de cosas que se realizó, como tintura, peinado, corte y manicura. Estuvo 4 horas atendiéndose”.
En rigor, con leer que el mero lavado de cabello se cobra 900 pesos, era casi previsible los miles de pesos que podría acarrear pretender más servicios del oneroso local.
Fuente Ambito