MIAMI, Estados Unidos. – El activista de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) Bartolo Cantillo Romero denunció esta semana la “pésima” alimentación de los reclusos en el Combinado de Guantánamo tras recibir una carta del prisionero político Elvis Pérez González, también activista del mismo grupo opositor.
En la misiva dirigida a Cantillo Romero, Pérez González denunció la “situación que están atravesando en la prisión con la alimentación”. “Él me envió como prueba el poquitico de arroz que le están dando allí, un medallón que no se sabe de qué está confeccionado. También me envió en un pomo un agua de sopa, un pan que es una bolita súper chiquitica y no tiene el gramaje que debe tener”, precisó el activista.
Pérez González también especificó que “los encargados de reducirles la comida son varios presos que actúan como paramilitares por disposición de los jefes de la prisión”.
“Esta situación no solo está sucediendo en el piso 1B del destacamento número 12, sino que también la han denunciado otros reclusos de todos los pisos de la prisión, a los que también están matando de hambre”, denunció el recluso.
Pérez González también se puso en contacto con el exprisionero político Isael Poveda Silva para que lo ayudara a denunciar la situación de la alimentación de los internos en el Combinado de Guantánamo. En el video que acompaña esta nota, Poveda Silva muestra los alimentos entregados por los carceleros a los reclusos.
Las quejas por la pésima alimentación a la que son sometidos los presos cubanos son comunes. En muchos casos, incluso, los reos han denunciado que las autoridades carcelarias los alimentan con comida en mal estado.
A inicios de enero, reclusos del Combinado del Este, en La Habana, denunciaron el brote de diarreas que afligía a gran parte de la población penal. Asimismo, sugirieron que se debía a una severa intoxicación alimentaria, pues en múltiples ocasiones habían recibido alimentos en mal estado, no aptos para el consumo humano.
De acuerdo con los testimonios de varios internos, el brote de diarreas habría estado precedido de la ingesta de “algo parecido a unas hamburguesas” que no se sirven fritas sino supuestamente horneadas, pero que al decir de los prisioneros en realidad están crudas.
En ese caso, a la gravedad del brote diarreico se le añadía la escasez de agua en la cárcel, lo cual impide la correcta higiene y favorece la propagación de enfermedades. En el Combinado del Este, como en otras prisiones a todo lo largo de la Isla, no hay servicios sanitarios, sino unos huecos en el piso llamados “turcos”. Tampoco hay grifos para el suministro de agua corriente, sino unos chorros que salen de agujeros en la pared en un horario restringido.
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Fuente Cubanet.org