
Toda esa primera mitad del film, llena de toques pintorescos y rarezas oscuras típicas de fines de la década de 1930, narra el ascenso del protagonista como supuesto psíquico y su relación con los extraños –y extrañas- personajes que lo ayudan voluntariamente o no en convertirlo en notorio mentalista, al punto de poder logra la ambición de abandonar ese mundo de caravana para triunfar haciendo lo suyo en una gran ciudad como Buffalo, lujosa y nevada locación donde transcurre la segunda mitad de la película.
Es en este ambiente totalmente opuesto al de la feria donde el protagonista encuentra a su par, la psiquiatra encarnada por Cate Blanchett que es mucho mas peligrosa que él, aunque juntos pueden intentar armar tramas criminales más complejas que si actuaran entre la alta sociedad de la ciudad por separado. Si bien todo lo que tiene que ver con el freak show y la vida en la caravana tiene un gran encanto y muestra al Guillermo del Toro típico que todos conocemos, es en la segunda parte del film donde el argumento explota con el encuentro entre estos dos personajes deleznables, y esa demora en llegar al punto exacto de la trama es tal vez el punto débil de un film lleno de escenas sorprendentes e imágenes y situaciones asombrosas pero que al final se vuelve un poco más largo de lo que hacia falta. Pero es una película que ningún fan del director querría perderse, con un genial contraste visual entre la miseria de la caravana y el brillo art deco de la gran ciudad, con una direccion de arte y fotografía para la antología, aunque en el muy diverso zoológico humano está el punto fuerte del film, especialmente debido a que además de Cooper, Dafoe y Blanchett hay un gran elenco que incluye a Toni Colette, Richard Jenkins, Rooney Mara, Ron Perlman y una soberbia Mary Steenburgen.
“El callejón de las almas perdidas” (“Nightmare Alley”, EE.UU., 2021). Dir:: G. del Toro. Int.: B. Cooper, C. Blanchett, W. Dafoe.