Las enfermedades cardiovasculares suponen una de las principales causas de muertes en España y en el resto del mundo. Los pacientes que padecen esta clase de afecciones se enfrentan a interminables listas de espera, a la escasez de donantes y a problemas de incompatibilidad. Una preocupante situación clínica a la que pretende poner solución el investigador Marcos Latorre con el corazón bioartificial del futuro. El revolucionario proyecto de este ingeniero aeronáutico de la Universidad Politécnica de Valencia pretende desarrollar una nueva generación de ventrículos bioartificiales que sean capaces de adaptarse al crecimiento natural del paciente, evitando problemas de sobrecrecimiento somático. Una prometedora iniciativa que ha despertado el interés de la comunidad científica europea. Tanto es así, que el Consejo Europeo de Investigación ha concedido su ayuda más prestigiosa -una ERC Starting Grant-, dotada con 1,5 millones de euros, para el desarrollo del proyecto G-Cybertheart. «Estoy entusiasmado y muy orgulloso, pues se trata de resolver uno de los grandes desafíos de la medicina regenerativa y de la ingeniería tisular», advierte Marcos Latorre a ABC
. La investigación está orientada principalmente a recién nacidos que presentan malformaciones congénitas del corazón, aunque este doctor en mecánica computacional extiende su posible uso a adultos que sufran insuficiencia cardiaca o que hayan padecido un infarto de miocardio. «Queremos diseñar, desarrollar y fabricar mediante
impresión 3D corazones bioartificiales compatibles y funcionales para sustituir en un futuro a la donación de órganos», explica. «Lo que me motivó a adentrarme en este proyecto es que ya se ha conseguido en otras partes del cuerpo incluso del sistema cardiovascular», indica Latorre a este diario, quien pone como ejemplo los injertos vasculares creados mediante ingeniería tisular que reemplazan arterias y venas. «Están hechos con polímeros que tras degradarse son sustituidos por un tejido que se queda como parte del cuerpo», explica el investigador aunque reconoce que en el corazón «es mucho más complejo» y que «podría tardar veinte o treinta años en hacerse realidad». Investigación pionera
Según detalla Latorre, recientemente se han logrado crear ventrículos bioartificiales capaces de generar función cardiaca, con el inconveniente de que no se remodelan, regeneran ni crecen con el tiempo. «Esta limitación conllevaría un sobrecrecimiento relativo de las otras partes del corazón y órganos, que llevarían finalmente a una insuficiencia o fallo cardiaco, invalidando las principales ventajas de esta solución terapéutica», subraya. Marcos Latorre, investigador de la Universidad Politécnica de Valencia – UPV
Su proyecto quiere ir un paso más allá y avanzar en el desarrollo de los nuevos corazones bioartificiales mediante una estrategia de investigación radicalmente diferente a todo lo realizado hasta ahora en este campo. «Nos centraremos en integrar experimentos in vitro y simulaciones computacionales in silico para conseguir describir y predecir cómo estas estructuras vivas se adaptarían a múltiples cambios», expone. Para ello, su equipo imprimirá ventrículos de tamaño reducido en 3D mediante biotintas y células madre. En la fase computacional, simulará las contribuciones de los componentes para predecir y optimizar su evolución, lo que llevaría a agilizar el proceso de fabricación. «Queremos conseguir un impacto considerable que allane el camino para estudios no tan lejanos en animales y en ensayos clínicos en humanos a largo plazo», destaca Marcos Latorre. Diseñar la estructura del corazón
El proyecto de este valenciano especializado en crecimiento y remodelación de tejido cardiovascular por la Universidad de Yale, con la que sigue colaborando junto a Stanford en la optimización de diseños para la reconstrucción de corazones de recién nacidos, constituye el lanzamiento de una prometedora carrera independiente a nivel europeo. «Nuestra intención es colaborar con otros centros de investigación, empresas y hospitales para incorporar muchos otros aspectos de la ingeniería, la biología y las ciencias de la salud que son necesarios para entender y diseñar una estructura tan compleja como es el corazón», expone Latorre. «Tras muchos años desde que dejé Valencia para irme a Madrid y luego a Estados Unidos, mi intención es quedarme en España y afianzar mi carrera docente e investigadora en la Universidad Politécnica», apunta el investigador, cuyo nuevo proyecto arrancará el próximo mes de septiembre y se extenderá hasta 2027.
Fuente ABC