La oleada de ataques a machetazos acaecida en Madrid en una noche aciaga de sábado deja dos preocupantes lecturas: por un lado, la violencia de las bandas juveniles o latinas, con estallidos puntuales pero de funestas consecuencias; y por otro, el ‘modus operandi’ de estos grupos, cada vez más anárquicos y despojados de la obediencia ciega a sus líderes. Pequeñas facciones dentro de bandas como los Dominican Don’t Play (DDP) o Trinitarios, que ni siquiera se conocen entre sí y que deciden atacar por su cuenta para ganarse el respeto a oídos del resto de miembros. Las ‘caídas’, en el argot, salir a la caza indiscriminada de supuestos pandilleros rivales fuera de sus ‘territorios’, son el principal caldo de cultivo… Ver Más
Fuente ABC