Los niveles elevados de colesterol son un problema cada vez más frecuente a nivel mundial, pero la buena noticia es que a menudo son relativamente fáciles de corregir, especialmente realizando algunos ajustes en la dieta pero también mejorando la calidad de nuestro sueño y haciendo deporte regularmente.
En este sentido, un artículo publicado por la Universidad de Harvard da algunas pistas sobre cómo lograr una reducción en este aspecto.
Una gran manera de reducir nuestros niveles de colesterol sería incrementar la presencia de las legumbres en nuestra alimentación habitual. Y es que, como señalan, las legumbres contienen grandes cantidades de proteínas y fibra y son bajas en grasa y glúcidos, lo que las convierte en un alimento muy nutritivo y saludable.
Numerosos estudios científicos, citados por los investigadores, han relacionado las dietas altas en legumbres con un riesgo reducido de padecer numerosas patologías como obesidad, diabetes, hipertensión arterial, accidentes cardiovasculares y, por supuesto, niveles excesivos de colesterol.
Los autores del trabajo referencian como ejemplo un estudio realizado anteriormente, que concluyó que ingerir una taza de legumbres diaria durante tres meses logra pérdidas importantes de masa corporal, descenso de la circunferencia de la cintura, bajadas significativas de los niveles de glucosa en sangre, un descenso de hasta ocho puntos en el nivel de colesterol en sangre y una reducción importante de la tensión sanguínea.
La clave de todos estos beneficios que parecen compartir las distintas legumbres está en su alta proporción de fibra, y más específicamente de fibra soluble viscosa. Este nutriente tiene la particularidad de ralentizar la absorción en el intestino delgado y de unirse a determinadas moléculas necesarias para la formación posterior del colesterol.
A ello hay que sumar que el índice glucémico de las legumbres es muy bajo, con lo que reducen los niveles de azúcar en sangre y, por tanto, la producción de insulina.
Todas estas propiedades, no obstante, no serían igualmente aprovechables si no fuera por el alto contenido en proteínas de las legumbres, lo que las convierte en una fuente de energía efectiva para sustituir parcialmente otros muchos alimentos con un contenido mayor de colesterol.
Fuente Ambito