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El Ministerio de Trabajo ha propuesto a los agentes sociales subir el salario mínimo interprofesional (SMI) hasta el entorno de los 1.000 euros este año. Comisiones Obreras y UGT han informado a la salida de la reunión que la propuesta concreta es de 996 euros, pero desde el Ministerio de Trabajo se insiste en que no hay ninguna cifra concreta. Trabajo prefiere escuchar la postura de los sindicatos y las patronales, pero la subida llevará al SMI al entorno de los 1.000 euros al mes este año y con el objetivo final de llegar al 60% del salario medio en 2023.
Al término de la reunión, Díaz ha señalado que le “gustaría” que el SMI subiera a 1.000 euros como reclaman los sindicatos, pero ha explicado que el ministerio tiene que buscar un punto intermedio entre las partes para intentar alcanzar un acuerdo. “Voy a escuchar hasta el miércoles todas las propuestas”, ha señalado Díaz, quien no ha querido comunicar cuál es la propuesta del Gobierno para respetar la negociación en el diálogo social. Eso sí, ha señalado que el margen de subida se sitúa entre los 22 y los 40 euros al mes.
La vicepresidenta ha explicado que los 996 euros coinciden con la media de la senda que marcó el comité de expertos para la subida del SMI, pero esta no es la propuesta del Gobierno, que esperará al miércoles para hacer una oferta concreta. Lo que sí ha precisado Díaz es que la subida tendrá efectos retroactivos al 1 de enero. Eso significa que obligará a rehacer las nóminas de más de dos millones de trabajadores que ya cobraron el salario correspondiente al primer mes del año.
“El salario mínimo es una herramienta que mejora la economía en su conjunto”, ha defendido la vicepresidenta en una rueda de prensa posterior a la reunión. Trabajo pretende cerrar las negociaciones ya este mismo miércoles para que el decreto de la subida del SMI se apruebe lo antes posible. Antes de que vaya al Consejo de Ministros, tiene que pasar por la Comisión Delegada de Asuntos Económicos (CDGAE) y posteriormente pasar por consulta pública, lo que significa que se retrasará aún algunos días la aprobación definitiva.
Una subida hasta 1.000 euros supondría un incremento del salario mínimo de 35 euros al mes, lo que equivale a un alza del 3,6%, una cifra que podría quedarse por debajo de la inflación, lo que implicaría pérdida de poder adquisitivo. El Banco de España prevé que la inflación media en 2022 será del 3,7%. Díaz ha recordado que el SMI no puede vincularse al IPC, pero que, desde que el Gobierno de Sánchez empezó a andar, ha subido un 31%. La subida afectará a algo más de dos millones de trabajadores.
La vicepresidenta ha querido estar presente en la primera reunión del diálogo social posterior a la votación de la reforma laboral en el Congreso para agradecer a los agentes sociales que “hayan vuelto a demostrar estar a la altura de las circunstancias”. Al mismo tiempo, se ha mostrado muy crítica con la votación, en un tono indudablemente duro. “Hacer depender una votación tan delicada de los dos diputados de UPN era extremadamente peligroso”, ha explicado Díaz, quien ha pedido aprender de la lección: “No juguemos más con las cosas de comer”.
Díaz se ha mostrado muy dura con los socios de investidura del Gobierno, a quienes ha reclamado “que expliquen por qué votan en contra de una norma que recupera derechos para los trabajadores”. La vicepresidenta también ha recordado a sus propios socios de gobierno que la opción de la geometría variable es una apuesta arriesgada, ya que implica conseguir el apoyo de partidos políticos que hacen oposición al Ejecutivo.
Fuente El Confidencial
