LA HABANA, Cuba. – Familiares del ciudadano Eduardo Moreira Fontanar, fallecido a las 11:00 p.m. de este domingo en el reparto Managua, La Habana, denunciaron el retraso de Servicios Necrológicos y Funerarios del municipio Arroyo Naranjo para trasladar el cadáver a Medicina Legal.
“Como los antibióticos, tienen que esperar ocho horas”, dijeron funcionarios de Servicios Necrológicos y Funerarios a los familiares de Moreira Fontanar, de 55 años en el momento de su fallecimiento.
Este domingo, sus familiares descubrieron su cadáver tendido en el piso junto a su cama, orinado y defecado. Según el parte médico, la muerte fue ocasionada por un infarto cardiaco.
Para velar, trasladar o solicitar el servicio de cremación de un fallecido en Cuba, la familia debe presentar el certificado médico de defunción en la funeraria más cercana. Los hermanos de Moreira Fontanar iniciaron el trámite durante las primeras horas del lunes 7 de febrero, pero la espera por el carro fúnebre se dilató hasta pasadas las 10:00 de la noche.
“El cuerpo estuvo todo el día tirado en la cama, fueron unas 23 horas. Cuando lo vinieron a recoger ya tenía mal olor, se estaba descomponiendo. Hubo un momento en que llamamos preocupados, para reclamar, y nos dijeron que si queríamos lo podíamos enterrar directo, por nuestra cuenta”, dijeron Heriberto y María Esther Moreira, hermanos del fallecido.
Según cifras oficiales, en 2019 Arroyo Naranjo se convirtió en el municipio con mayor población en la capital, desplazando a Diez de Octubre. Sin embargo, una trabajadora de Servicios Necrológicos y Funerarios explicó vía telefónica que el territorio apenas cuenta con cinco vehículos fúnebres en funcionamiento.
José Antonio Díaz Cabrera, vecino y amigo de Eduardo Moreira Fontanar, cuestionó que el régimen no invirtiera en carros fúnebres mientras la ciudadanía es vigilada por decenas de autos patrulleros que circulan por la ciudad a todas horas.
“Ni morirse pude uno en este país; te pudres en la casa y estos cabrones no mandan un carro a enterrarte. Eso sí, para caerle detrás a las motorinas y para joder a todo el que compra o vende algo para sobrevivir, para eso sí tienen toda la tecnología y los carros del mundo”, señaló Díaz Cabrera, quien trabaja en la terminal de ómnibus de Lawton como conductor de la ruta A-18.
“[Los carros fúnebres] están más perdidos que la A-18”, dijo en alusión a la crisis del transporte.
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Fuente Cubanet.org