La imagen del presidente ruso, Vladimir Putin, y su homólogo francés, Emmanuel Macron, separados por una imponente mesa lacada en blanco de más de cuatro metros de longitud dio la vuelta al mundo. El Kremlin escogió un mueble fabricado en España para preservar la distancia de seguridad por el coronavirus entre ambos mandatarios, toda vez que el galo, por motivos de seguridad, eludió realizarse una prueba. Macron no quiso que Rusia se quedara con su ADN. La historia de la mesa que separó a Putin y Macron, que ilustró la portada de diarios de todo el planeta, se halla en una empresa de la localidad valenciana de Alcàsser, conforme ha avanzado «Levante-EMV». La fábrica muebles Vicente Zaragozá fue la encargada de proveer al Gobierno ruso el mobiliario del despacho presidencial del Kremlin. Pan de oro italiano y madera de los Alpes
La mesa está lacada en blanco, decorada con pan de oro procedente de Italia y tallada con madera exclusiva de los Alpes. El encargo fue supervisado directamente por integrantes de la KGB. Hoy, la fábrica de Vicente Zaragozá ha cerrado, pero guarda el recuerdo de uno de sus clientes más exclusivos de una época en la que la compañía valenciana exportaba sus productos, dentro de un catálogo plagado por el lujo, a mercados como el ruso, el vietnamita o el japonés. Lo que se guardan para sí los que fueran propietarios de la empresa es el precio que abonó el Kremlin por la mesa de reuniones en la que ahora Putin negocia el futuro de las relaciones entre Rusia y Ucrania.
Fuente ABC